martes, 23 de septiembre de 2008

ADMINISTRACION DE PERSONAL

El arte de reconocer
Punto de vista Por Inés Temple. Administradora

Me siento a escribir una vez más sobre el reconocimiento y lo importante que es, tanto darlo como recibirlo, en nuestras vidas personales y profesionales, y en lo primero que pienso es en mi mamá. Recién puedo escribir sobre ella, siete meses después de que se fue. Y la recuerdo a propósito de este artículo ya que la primera llamada que recibía los martes temprano, como hoy, cuando mi artículo salía publicado, era la suya. Y extraño tanto esa llamada...
Ella siempre me daba su opinión sobre lo escrito y, siendo mi madre, casi siempre tenía palabras de reconocimiento y orgullo. ¡En eso las mamás son insuperables! Quién sino nuestra madre para decirnos palabras que llenan el alma, que nos hacen sentir bien, que nos animan a ser mejores y a esforzarnos más. No voy a hablar de sus enormes cualidades, de su aguda inteligencia o del enorme afecto que nos unía, aunque sí podría decirles que no siempre se lo dije así, y de eso todavía me arrepiento.
¡Es tan difícil reconocer al otro! Muchas veces cuando escucho a los deudos hablar cosas gratas sobre un difunto, me pregunto si se las decían cara a cara cuando vivía. ¡Seguro que le hubiera gustado escucharlas!
Conozco gente generosa que no siente incomodidad de reconocer los méritos, logros o avances de los demás con honestidad y nobleza. Son los mismos que no temen dar críticas constructivas cuando la situación lo amerita. Aquellos que lo hacen así tienden a ser personas respetadas y estimadas que contribuyen muchísimo al buen clima laboral de sus áreas y a retener a su mejor gente. Y creo que es así porque se necesita de mucho coraje y seguridad para atravesar las barreras del ego y tocar el espíritu del otro con palabras sinceras de reconocimiento. ¡Esas palabras que todos sin excepción necesitamos escuchar, aunque algunos no lo acepten! Leer artículo completo

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