UN REPASO POR LA HISTORIA
Los debates, donde un gesto o una palabra encumbran al candidato... o lo hunden
WASHINGTON [EFE]. Los debates presidenciales en EE.UU. pueden encumbrar a un candidato o condenarlo a la derrota, pero eso a veces depende de factores tan simples como un gesto o una agudeza improvisada, más que de sus propuestas políticas o su saber.
Los aspirantes a la presidencia ensayan durante semanas y practican sus respuestas con ayuda de un guion. Otros, como Ronald Reagan --que era actor profesional--, prefieren practicar con 'sparrings'.
Los aspirantes se convierten un poco en actores. Si ya de por sí cualquier gesto o palabra de más o de menos en una campaña electoral puede tener consecuencias imprevisibles, en un debate aún más.
Que le pregunten a George Bush padre, por ejemplo. En su debate de 1992, reafirmó su reputación de distante cuando miró el reloj en un debate y dio la impresión de que tenía ganas de marcharse. Bill Clinton acabó por derrotarlo.
Es posible también que Al Gore deba, en parte, su derrota no solo a un puñado de votos en Florida, sino a la serie de suspiros y gestos de hartazgo que emitió durante un debate con George W. Bush.
Y en el primer debate televisado, que tuvo lugar en 1960, Richard Nixon, que había pasado un catarro, apareció con ojeras y sombra de barba, mientras que su rival, John F. Kennedy, llegó moreno y relajado. Kennedy ganó.
En otras ocasiones no ha sido el gesto, sino la palabra lo que ha hecho triunfar a un candidato u otro.
Gerald Ford cometió lo que quizás haya sido el peor lapsus en un debate al asegurar, en 1976, en plena Guerra Fría, que no había "dominación soviética en Europa del Este". La metida de pata fue tan colosal que el moderador le preguntó si no se había confundido, pero el presidente, que llegó al Despacho Oval tras la dimisión de Nixon, no se retractó.
PRECISIONES
4La iluminación, el sonido y el decorado se estudian cuidadosamente y son motivo de negociaciones, a veces durísimas, entre las campañas, que buscan que su candidato luzca lo más gallardo posible.
4La campaña republicana pidió que John McCain y Barack Obama estuvieran de pie sobre atriles y no sentados, para que McCain, de 72 años, no diera la impresión de estar cansado.
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