lunes, 29 de diciembre de 2008

Ciencias Sociales

El Comercio 24 de diciembre del 2008

PUNTO DE VISTA
El año laboral que se viene
Por Gustavo Yamada. Economista*

El año 2009 va a ser de regular para malo en materia laboral, a causa de la crisis económica mundial. En el caso más probable, si la economía peruana logra crecer alrededor del 5%, el empleo formal podría aumentar en 3%. Con este incremento, al menos se podría absorber el crecimiento de la fuerza laboral y evitar que aumenten el subempleo y el desempleo significativamente.

En economías más formales y desarrolladas que la nuestra, el seguro de desempleo es una típica variable contracíclica que se activa automáticamente en épocas de crisis, puesto que un mayor número de desempleados accede a él. En cambio, en un país poco formalizado como el nuestro, el sustituto del seguro de desempleo es la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Como el período promedio de desempleo es de 22 semanas entre los peruanos, de acuerdo con un estudio reciente del CIUP, deberíamos fomentar que la CTS sea intangible hasta por lo menos cinco meses de aportaciones para que efectivamente proteja a los trabajadores formales que puedan perder sus empleos.

En el sector informal, los programas de empleo temporal adecuadamente focalizados pueden ayudar a proveer de ingresos a desempleados informales. Por ello, es momento que programas como A Trabajar Urbano-Construyendo Perú crezcan para servir como red de protección social para los que menos tienen. La clave para una buena focalización del programa es que ofrezca una compensación que solo atraiga a las personas que no pueden conseguir por sí mismas una oportunidad en el sector privado.

Otro programa que debe crecer en esta coyuntura es Pro Joven, el plan de capacitación laboral juvenil que aumenta la empleabilidad de jóvenes de escasos recursos. Asimismo, se debe promover esquemas de cofinanciamiento de capacitación para la reconversión y actualización laboral para trabajadores de toda edad y que califiquen por necesidad económica.

Por último, se debe seguir avanzando con las reformas laborales que aumenten la competitividad de nuestra economía. Todavía están pendientes en la agenda: 1) Una reforma constitucional que defina claramente las causales de despido y la indemnización económica como mecanismo de protección para el despido arbitrario. 2) La disminución de la indemnización por despido arbitrario a un sueldo mensual por año de servicio. 3) El acceso progresivo a los beneficios laborales en las pymes, con amnistía efectiva a los potenciales pasivos creados por su situación informal anterior. 4) Una mayor flexibilidad en relación con horarios nocturnos y despidos por causas económicas. 5) Una franquicia tributaria para la capacitación laboral permanente de trabajadores de todas las edades, con prioridad para aquellos de menores niveles de educación.

El objetivo buscado es un mercado laboral más flexible y competitivo, de la mano con un sistema de protección social eficaz. Así, el sistema laboral sería más perdurable en el tiempo, competitivo, pero equitativo a la vez.

*UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO

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