viernes, 9 de enero de 2009

Ciencias Sociales

El Comercio 9 de enero del 2009

PUNTO DE VISTA

¿Cómo lo hizo Chile?
Por María Chappuis. Economista*

La semana pasada se presentó en la Comisión de Energía y Minas el ingeniero Carlos Santa Cruz, quien disertó sobre la crisis financiera mundial y su oportunidad para la minería peruana, y mostró cómo la crisis está ocasionando que la producción minera se reduzca y las inversiones mineras se posterguen. Ante esta coyuntura, Santa Cruz señaló que las empresas y, por ende, los países que aumentaron sus niveles de inversión sea en ampliación o en nuevos proyectos entre 1998 y 2002 (el período anterior de bajos precios de los metales) estuvieron mejor preparados para beneficiarse del auge que se inició en el 2003. Durante ese período, las empresas cupríferas ubicadas en Chile buscaron que sus costos fueran inferiores a los precios vigentes en ese momento (unos 70 centavos por libra de cobre) y suficientemente bajos para mantenerse en el mercado como empresas rentables. En resumen, fueron competitivas.

¿Pero qué hicieron? Apostaron por la hidrometalurgia (la recuperación de metales usando soluciones líquidas), la mayor innovación tecnológica de la industria minera en los últimos tiempos. Los chilenos repitieron el modelo seguido por los estadounidenses en los 80, cuando adoptaron esta tecnología que fue su tabla de salvación ante los bajos precios y regulaciones ambientales más exigentes. El uso de la hidrometalurgia en los 90 permitió iniciar la explotación de grandes reservas de cobre en ese país. En 1994, producían 200.000 TM usando esta tecnología. En el 2007 produjeron 10 veces más, el 62% de la producción mundial. Esta tecnología tiene el atractivo de bajos costos de capital y de operación, comparados con los procesos convencionales. Se estima que sus costos son un tercio menores a los de los procesos tradicionales.

Otra ventaja de la hidrometalurgia es que es considerada un proceso limpio. Las emisiones al aire no existen y la cantidad de residuos que genera es mínima. La flexibilidad de la escala de operación y sus bajos costos permiten el procesamiento económico de minerales de muy baja ley. Sin embargo, es una tecnología que requiere de mucha investigación específica sobre el mineral que se va a tratar porque los parámetros son determinados a la medida.

Las experiencias de la industria cuprífera norteamericana en los 80 y de la industria chilena en los 90 son una prueba de la intensa competencia global de la industria minera y muestra la importancia de la innovación tecnológica cuando no se quiere sacrificar estándares ambientales. La volatilidad y la tendencia a la baja del precio de los metales en el largo plazo obligan a los productores y a los gobiernos a favorecer la búsqueda y el uso de procesos limpios que mantengan la competitividad de su industria a fin de que no cierre aun en las épocas difíciles.

Si observamos nuestra cartera de proyectos cupríferos, estos no son de alta ley; además, son de mineralogía compleja y se ubican en zonas remotas. El desarrollo futuro de innovaciones tecnológicas que permitan lixiviar los sulfuros primarios peruanos (90% del total de reservas) puede convertir esos recursos en reservas económicamente factibles aun a los actuales bajos precios.

* CONSULTORA INDEPENDIENTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario