domingo, 22 de marzo de 2009

Educación física

Mi Hogar 22 de marzo del 2009

CUIDADO. Posibles lesiones

Ejercicio, sudor y lágrimas
LA HIDRATACIÓN COBRA ESPECIAL IMPORTANCIA EN DEPORTISTAS, NIÑOS Y ADULTOS MAYORES PORQUE REQUIEREN MÁS LÍQUIDOS

El cuerpo humano es una máquina que cuando se le exige mayor trabajo, como a cualquier máquina, se le debe reponer energía para que siga operando a la perfección. Esa energía es tomada de los alimentos y recibe el nombre de carbohidratos, la gasolina del cuerpo.

Sin embargo, esta máquina también debe evitar alcanzar temperaturas peligrosas que en casos extremos pueden fundir sus engranajes más sólidos. Como en cualquier motor con radiador y sistema de enfriamiento, el agua se encarga de regular la temperatura del cuerpo. Esta situación se hace mucho más dramática en los deportistas.

Si bien una persona promedio requiere 2 litros y medio de agua cada día, un deportista puede llegar a perder, y por ende requerir, más de 3 litros por hora de ejercicio. La falta de reposición de ese líquido puede aumentar las probabilidades de lesiones, dolores de cabeza y cansancio extremo que pueden alejarlo de su actividad favorita por algún tiempo.

Según la nutricionista Karen Maraví, del Gatorade Sports Science Institute, “los golpes de calor son causados por la falta de líquidos y pueden producir deshidratación severa, desmayos y en casos extremos hasta la muerte. Es necesario tomar conciencia de la importancia del consumo adecuado de líquidos”.

Además, la reposición de electrolitos también es importante. El doctor Raúl Gutiérrez, traumatólogo de la Escuela de Entrenadores de la Federación Peruana de Fútbol, asegura que “durante la actividad física se pierden muchos minerales, como el sodio, el potasio y el magnesio, diluidos en el sudor y la orina. Reponerlos es fundamental”. A esto se debe que veamos en partidos de tenis que los jugadores comen un plátano por su alto contenido de potasio.

LOS NIÑOS PRIMERO
El caso de los niños es bastante particular, en especial los recién nacidos, pues, debido a que su cuerpo está compuesto de agua en 80% (20% más que los adultos), una deshidratación puede ser mortal. Esta situación se agrava si tenemos en cuenta que los niños pequeños no cuentan con mecanismos para expresar que tienen sed. Por eso, las campañas de salud buscan prevenir la deshidratación infantil producida, por ejemplo, por diarreas intensas u otros males estomacales. Con los niños, los padres deben verificar en el pañal de sus hijos que el olor de su orina no sea muy intenso (como el de un adulto) ni de color muy amarillento. La lactancia materna hasta los seis meses previene la deshidratación por completo.

Los adultos mayores son otro grupo de riesgo a sufrir las consecuencias de la deshidratación. A partir de los 70 años, el cuerpo de un adulto mayor está compuesto por solo 45% de agua y una pérdida, por mínima que sea, puede traer graves consecuencias. Por eso su dieta debe estar basada en caldos o sopas e infusiones.

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