El Comercio 4 de noviembre del 2009
PUNTO DE VISTA
Migración interna
Por: Gustavo Yamada Economista*
En los últimos años se ha comentado mucho acerca de la emigración de peruanos en búsqueda de mejores oportunidades de vida fuera del país. Así, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha estimado que cerca de dos millones de peruanos se fueron del país entre 1990 y 2007 y que el ritmo de emigración actual se acerca a 300.000 peruanos por año. Sin embargo, el proceso de migración más importante en las últimas décadas en el Perú ha sido interno: del campo a la ciudad.
En 1940, cuando éramos 6 millones de habitantes, la tasa de urbanización, es decir, la proporción de peruanos que vivía en las ciudades, era de solo un tercio (34%). Hoy, según el último Censo de Población y Vivienda del 2007, somos más de 28 millones y tres de cada cuatro peruanos (76%) residen en ciudades.
En un reciente estudio para el Banco Mundial, presentado en la Tercera Conferencia de Economía Laboral, hallamos que las migraciones entre el 2002 y 2007, en el auge del crecimiento económico, fueron explicadas por las expectativas de una mejora en el empleo y en las condiciones de vida en la región de destino. Casi tres millones de peruanos migraron dentro del Perú en esos cinco años en búsqueda de una mejor vida. Efectivamente, el porcentaje de viviendas con acceso a electricidad en los distritos de destino de los migrantes fue de 70%, mientras que en sus distritos de origen era de 64%. Similares mejoras se registran en los indicadores de agua, saneamiento, escolaridad y tasa de ocupación. Por otro lado, las migraciones de carácter más forzado debido al clima de inseguridad causado por acciones terroristas, tan comunes en los 80, se redujeron drásticamente.
Las regiones que atrajeron más migración, en términos relativos a su población total, fueron Madre de Dios (que recibió casi 15% adicional de población), Lima y Callao, y Tacna. En cambio, las que expulsaron más población fueron Amazonas (que perdió casi 8% de su población), Cajamarca y Huancavelica.
La investigación concluye que las migraciones recientes dentro del Perú han contribuido a una asignación más eficiente de sus recursos y a un cierto incremento en el bienestar de sus habitantes. Una mejora adicional en los flujos migratorios se podría obtener con la producción y difusión de más información sobre la disponibilidad de oportunidades laborales, regionales y locales, y niveles de vida mejorados.
Las migraciones internas también ayudaron parcialmente a reducir las disparidades entre regiones, ya que las remesas enviadas a sus zonas de origen han contribuido a aliviar la situación de pobreza de estas. Dicho resultado positivo no exime al Estado, en sus tres niveles, de su obligación de mejorar las condiciones de vida. En particular, una educación rural de calidad, que elimine la lamentable y mayoritaria situación de escuelas con una sola aula y un solo profesor para todos los grados de primaria (¿qué se puede esperar del aprendizaje de estos niños?) debe ser una prioridad para el país.
(*) CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO
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