miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ciencias Sociales

El Comercio 30 de diciembre del 2009

ENTREVISTA. RICARDO BRICEÑO
"Yo no voy a pedir la derogación"
El presidente de la Confiep comenta la ley que —según el Ejecutivo— busca cerrar la brecha social entre la costa y la sierra, y las medidas que deben acompañarla para que funcione
Por: Luis Davelouis Lengua
“En principio no estamos a favor de las exoneraciones fiscales o tributarias porque a veces terminan favoreciendo a quienes no están dirigidas”, sostiene el presidente de la Confiep, Ricardo Briceño. Pero sí está de acuerdo con la ley que exonera del pago de impuestos y aranceles por 10 años a quienes realicen actividades productivas por encima de los 2.500 metros de altitud, pues el espíritu de esta es cerrar la brecha social entre la costa y la sierra. Cabe inferir (por sentido común, en realidad) que Briceño piensa que la mencionada ley es buena y que sí servirá a su propósito.
La ley deja varios vacíos como la generación de condiciones mínimas en términos de infraestructura y educación, entre otros, que posibilitan la instalación de industrias en las zonas altoandinas…
Así es. Para transformar materia prima y generar industria se requiere de energía, de servicios de desagüe, de comunicaciones y eso es sumamente difícil conseguirlo en esas zonas. El lunes, el presidente Alan García hizo un resumen de las medidas que son colaterales a la ley y que sí mejorarán las condiciones de vida en la sierra. Nadie puede pensar que con una ley como esta se va a resolver el problema. Ha quedado una agenda de trabajo entre representantes del Estado, los gobiernos regionales y locales y el empresariado para ver qué actividades se pueden hacer para, efectivamente, cerrar la brecha.
Pero aún no existen las condiciones para hacer posible la inversión. La ley la facilita, pero no la hace posible por la falta de condiciones…
La ley pasa a ser una parte muy pequeña de algo mucho más grande que se puede hacer y es una oportunidad que no debemos desaprovechar. Hay que dar las condiciones, es cierto, y eso no necesariamente se hace dando excepciones. Eso toma inversión pública, electricidad rural, educación… y si esa es la intención, dar condiciones que propicien y promuevan la inversión, hay que aprovecharla…
¿Se está haciendo algo al respecto? Porque se habló muy poco de lo que le toca al Estado para hacer realmente viable el objetivo de la ley…

Es difícil decirlo antes de un período electoral, pero tenemos que acompañar esto con acciones concretas para que no se quede en discurso; si el empresariado no lo acompaña, se va a quedar en el limbo. Hay muchas cosas que se tienen que identificar y simplificar a nivel de gobiernos regionales y locales. También hay que identificar qué actividad se puede desarrollar, en dónde de manera idónea, qué se puede producir en volúmenes industriales, y el Estado debe ayudar a determinar qué productos se pueden producir de manera masiva, como la actividad forestal y la piscicultura. Es mucho lo que hay que hacer y se necesitará la participación de la población, de los alcaldes y los empresarios locales, porque esto no es para que venga la inversión extranjera.
Suena interesante, pero la experiencia de las exoneraciones en la selva, que ahora se desmantelan, parece decir que ese esquema no funciona…Lo que pasó en la selva es que hubo muy poca participación de la población y que se exoneró de impuestos un producto que no se producía precisamente allí: la gasolina. Aquí no se trata de llevar insumos desde la costa o la selva para procesarlos en la sierra, sino de industrializar lo que existe allí mismo; se trata de ver cómo se le da mayor valor agregado a los productos nativos.
¿Y qué más se necesita para viabilizar esto?

Un sistema educativo a tono con las necesidades y demandas de las empresas. No va a haber una universidad en cada pueblo, pero sí puede haber un instituto tecnológico en las capitales de departamento, del que egresen torneros, mecánicos. Pero, otra vez, para realizar todas esas actividades que requieren de esos profesionales se necesita energía y otros servicios…
Para resumir, en principio está de acuerdo con esta ley. Sin embargo, no le parece que fuera absolutamente necesaria. ¿Es así?Bueno, la ley está dada y ha sido aprobada, yo no voy a pedir la derogación…
Lo que le digo es que la iniciativa es muchísimo más grande que la ley misma y que esta es solo uno de los elementos que va a ayudar a lograr el objetivo de integración y cierre de la brecha entre la costa y la sierra. Entonces, por lo que me dice, es tan pequeña la contribución de la ley en términos prácticos que todo lo demás se podría haber hecho antes o se podría estar haciendo sin necesidad de una ley de excepciones…Totalmente de acuerdo. Espero que en la reunión de cinco horas del lunes el presidente García haya recogido el mensaje en su integridad por parte de los presidentes regionales, de los alcaldes y de los empresarios, de que es necesario complementar esta ley con una serie de medidas que resultan mucho más importantes que la propia ley. Yo creo que ha tomado nota y nos toca a nosotros, si no se dio cuenta, hacer que se dé cuenta de que es necesario implementar todas esas medidas en el más corto plazo.
¿Y el rol de Confiep en esto?Articular el esfuerzo entre las autoridades y los empresarios.
LA FICHA

Nombre: Ricardo Briceño.
Profesión: Especialista en comercio exterior.Edad: 62 años.
Cargo: Presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep).Actividad: Agroindustria.

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