lunes, 21 de diciembre de 2009

El Comercio 19 de diciembre del 2009

PUNTO DE VISTA

Cómo adaptarse a una economía frágil
Por: Ben Schneider Empresario *

Para muchos economistas, políticos y analistas, la economía mundial ya tocó fondo y empieza la recuperación, pero para los empresarios la situación no es tan clara.

A comienzos de setiembre, la consultora McKinsey encuestó a 1.600 ejecutivos para conocer sus puntos de vista sobre la economía. Solo el 20% opinó que la recuperación comenzaría el presente año, 42% dijo creer que el 2010 será un año sin crecimiento económico, 33% que en los próximos años la economía global tendrá crecimientos “anémicos” (por debajo del 1%), el 5% restante predice una recaída.

El mensaje de los empresarios parecer ser claro: la experiencia que están viviendo en sus empresas les dice que una recuperación total a niveles de precrisis está mucho más lejos de lo que se esperaba. Hay, aparentemente, tres razones para ello. La primera es que los paquetes de estímulo han aplacado los efectos iniciales de la crisis, pero no queda claro cómo se manejará la inmensa masa monetaria inyectada a la economía y cómo se comportará un mercado con aversión al riesgo, bajos retornos y previsibles mayores costos de regulación. Un dato importante es el de la base monetaria de la economía estadounidense. Antes de la crisis era US$0,8 trillones y ahora es de US$1,82 trillones.

La segunda razón que podría explicar la inseguridad de los ejecutivos es la dificultad en entender la información disponible sobre la economía. McKinsey ha seguido indicadores sobre macroeconomía, la situación de los créditos y el mercado de capitales en nueve economías y, comparando los resultados de julio con meses anteriores, 60 indicadores de 108 mostraron cierta mejoría, mientras los restantes tuvieron un importante deterioro. Así, es difícil concluir que la recuperación está en marcha.

La tercera razón está en la naturaleza de la crisis; esta, más que tener una sola causa, es una sumatoria de crisis, lo que la hace más difícil de descifrar.

¿Qué deberían hacer las empresas en este entorno? En primer lugar, tener muy claro que no es posible predecir el futuro; en segundo lugar, continuar adaptando los procesos gerenciales hacia la toma de decisiones en entornos inestables, lo que presupone abandonar los calendarios fijos para hacer proyecciones o aprobar presupuestos.

Habrá que monitorear la macroeconomía en tiempo real para tomar decisiones sobre la marcha, procurando generar estrategias alternativas y así lograr ser resistentes al entorno, pero, a la vez, flexibles al cambio.
PRESIDENTE DE COM S.A.

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