viernes, 12 de marzo de 2010

Ciencias Sociales



PREVENCIÓN DE DESASTRES COMO POLÍTICA DE ESTADO
Inversión de futuro
Por: Luis Alva Castro*
Viernes 12 de Marzo del 2010
En nuestro país no existe un organismo que tenga funciones específicamente relacionadas con la prevención y mitigación de riesgos naturales; además no existen criterios permanentes en las instituciones de los sectores públicos que corresponden a una política pública del Estado.
Si bien existen los planes y programas preventivos, la población desconoce la existencia de tales planes.
¿Qué ha hecho el Estado hasta hoy? El Sistema de Defensa Civil fue creado por el Decreto Ley 19338 del 28 de marzo de 1972. Este sistema define las medidas de prevención como acciones para contener los efectos negativos de un desastre. Sin embargo, se debe concebir la prevención de desastres como la forma de eliminar las causas de un desastre.
Hay que desarrollar un sistema de gestión de desastres que involucre a todos los niveles y sectores de la población. Los recientes desastres ocurridos en Chile nos alertan —según palabras del presidente del Instituto Geofísico del Perú— respecto a que nuestro país no está preparado para afrontar un tsunami o un terremoto de grandes magnitudes.
Por tanto, es necesario que exista un ente técnico que oriente a la población sobre cómo evacuar ante desastres, cómo construir viviendas antisísmicas; entre otras acciones. Es la probabilidad de ocurrencia de un desastre que podría causar pérdidas y perjuicios sociales, económicos o ambientales al combinarse las condiciones de amenaza y vulnerabilidad o debido a las limitadas capacidades de la sociedad para prevenir o responder a los desastres.
Habitualmente se mide el impacto de los desastres sobre la base de indicadores macroeconómicos o de algunas pérdidas sectoriales (vivienda, agro, comercio, entre otros). Sin embargo, el impacto global rara vez se considera en las estimaciones. Una vez que han ocurrido los desastres la recuperación de los mismos se convierte en una tarea extremadamente difícil porque existen menos capacidades para aprovechar las pocas oportunidades disponibles.
La detección oportuna de las fuentes de desastres y el establecimiento de estrategias para evitarlos es fundamental en estos días. Cuando las comunidades protegen, aseguran y diversifican sus medios de vida, van fortaleciendo sus capacidades y redescubriendo los recursos con los que cuentan ante una emergencia.
Por todo ello, el Congreso de la República asume la tarea de revisar las políticas vigentes en materia de prevención. Para esto se ha creado una comisión multipartidaria que establecerá además los mecanismos de control del diseño, cumplimiento y evaluación de la política de prevención, así como los planes de contingencia para minimizar los efectos de los desastres en la población.
La prevención de desastres nos llama a ubicar el tema de gestión de riesgos como elemento transversal y primario en la agenda del desarrollo, reconociendo al conjunto de actores de la sociedad como claves de la intervención y transformación. Hay que definir la estrategia concertada en los ejes temáticos de la planificación y en los programas y proyectos de desarrollo dentro del proceso de planificación estatal, como un elemento que va desde el ordenamiento y sistematización de la información, diagnóstico, demanda, visión del Estado, objetivos, programas y proyectos, como en la definición priorizada de recursos en el presupuesto público.
(*) Presidente del Congreso de la República

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