domingo, 7 de marzo de 2010

Orientación y Consejería

Mi Hogar 7 de marzo del 2010

MUCHA ATENCIÓN. Es posible tener una predisposición genética

Adicto sin saberlo

¿SIENTE QUE SIN ESE CAFECITO EN LA MAÑANA NO PODRÁ FUNCIONAR DURANTE EL DÍA? ¿O QUE NECESITA COMER UN CHOCOLATE PARA SENTIRSE MEJOR? SEPA EN QUÉ MOMENTO SE CRUZA LA LÍNEA ENTRE UN HÁBITO Y LA ADICCIÓN

Domingo 7 de Marzo del 2010

Todos tenemos rutinas que desarrollamos diariamente, casi de forma religiosa. Para algunos es el café o una botella de gaseosa, para otros quizá son actividades como correr todas las mañanas o revisar su página de Facebook constantemente. ¿Pero en qué momento situaciones tan inofensivas pueden volverse dañinas? “Un comportamiento adictivo se da cuando la persona realiza esa actividad compulsivamente y esta ocupa más espacio en su vida, relegando todo lo demás”, explica la psicóloga Yolanda Quino, especialista en conductas dependientes.

Por ser actividades aceptadas socialmente, es muy difícil diagnosticarlas. Algunas, por ejemplo, no han sido demostradas científicamente como adicciones. Ese sería el caso del chocolate, pero actualmente ya se está hablando de adicción a la cafeína, la tecnología, la música o el deporte. La línea entre el hábito y la adicción no es clara. “Para poder diagnosticar una dependencia nos basamos en dos criterios: el síndrome de abstinencia, que se caracteriza por sentir ansiedad o nerviosismo cuando dejas de hacerlo. Y también del fenómeno de tolerancia, que sucede cuando la persona necesita exponerse cada vez más a esa sustancia o actividad”, indica la psicóloga Azucena Ávalos, de la empresa Consultoría Psicológica.

LA CARGA GENÉTICA
Se ha comprobado que sí existe un factor genético que puede predisponer a las personas a desarrollar adicciones, sobre todo si es que dentro de su familia hay historial de ese tipo de casos. Sin embargo, puede no llegar a desarrollarla. “Todo va a depender de los factores ambientales, es decir, de su crianza, de su entorno familiar o amical. Además, es importante que los padres no oculten a sus hijos si uno de sus abuelos o alguien cercano tuvo problemas de adicción para que lo tengan en cuenta y tomen más precauciones”, recomienda Ávalos.

Los tratamientos pueden ser múltiples y cada caso es particular. “Primero, se descarta la presencia de algún desorden psicológico y después se opta por la abstinencia completa o parcial”, comenta Quino.

Lo ideal sería el ingreso voluntario a terapia. Sin embargo, la mayoría se encuentra en la etapa de negación y es aquí donde la familia y los amigos toman un rol importante. “Su intervención no solucionará el problema, pero sí motivará a esa persona en su recuperación”, afirma Ávalos.

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