miércoles, 5 de mayo de 2010

General







PUNTO DE VISTA

Siete pecados por evitarse
Por: Gustavo Yamada Economista*
Miércoles 5 de Mayo del 2010

Lecciones muy valiosas nos dejó la segunda CADE por la educación. La principal: la urgencia de mejorar sustantivamente la calidad de la educación, en todos sus niveles, para que no constituya la restricción que nos impida alcanzar el desarrollo en los próximos lustros. Quedaron claros siete frentes de acción que no pueden admitir complacencia.

1) Ha mejorado el aprendizaje de los niños de segundo grado, lo cual debe alegrarnos, pero hay que pisar el acelerador, porque partimos de una base muy lamentable (solo uno de cada cinco comprende lo que lee y uno de cada diez resuelve problemas matemáticos básicos).

2) Algunas empresas están asumiendo su responsabilidad con el país aportando recursos y experiencia de gestión para mejorar la educación pública, pero son necesarios muchos más ejemplos de donaciones y fundaciones en medio de la bonanza actual.

3) Las asociaciones público-privadas exitosas en el sector tienen que masificarse para lograr un impacto en los resultados educativos del sistema.

4) Las inversiones en el desarrollo de la primera infancia son las primeras que deben asegurarse porque son las más rentables para el país.

5) Existe una agenda pendiente de equidad en el acceso a la educación superior de calidad, en institutos tecnológicos y universidades, para lo cual se debe implementar un sistema de crédito bancario, con garantías de universidades y el Estado, que funciona bien en otras partes del mundo.

6) Persiste el divorcio entre la educación superior y las demandas del sector productivo, a pesar de que cuesta poco generar la información necesaria para romper con esta inercia y comenzar con buen pie los sistemas de acreditación de calidad.

7) Sin mayores inversiones en innovación, ciencia y tecnología, no podemos aspirar a situarnos en la frontera eficiente de producción mundial y nos será imposible alcanzar el desarrollo. El 0,1% del PBI que le dedicamos a este sector equivale a un quinto de lo que invierten nuestros vecinos y un décimo de lo que se hace en China e India en los mismos términos relativos.

Seguir con la inercia en cualquiera de estos frentes sería un pecado capital.

[*] Profesor de la Universidad del Pacífico

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