jueves, 10 de junio de 2010

Ciencias Sociales, General









INFORME: SISTEMA POR MEJORAR

Un tiempo sencillo de perder

A PASO DE TORTUGA VIAJAR EN ÓMNIBUS O EN COMBI REPRESENTA UN COSTO EN TIEMPO, CALIDAD DE VIDA Y DINERO PARA LOS LIMEÑOS. TRANSPORTARSE EN LA CAPITAL DEBERÍA TOMAR COMOXIMO 45 MINUTOS, SIN EMBARGO, UN ÓMNIBUS LO HACE EN EL DOBLE DE TIEMPO.

Por: Manuel Marticorena
Jueves 10 de Junio del 2010

Cuando le conté a mi esposa que un amigo mío había decidido contratar un chofer para movilizarse en Lima, me miró con la misma cara de interrogación que puse cuando me enteré de esta decisión. Igual que ella, me parecía demasiado suntuoso y hasta “snob” tener un chofer en una Lima que no está para ese tipo de lujos. Además de la envidia sana, estaba el hecho de que una persona, que seguramente antes había utilizado buses y combis para transportarse, ahora tenía este privilegio por encima de los demás.

A la sazón del desayuno, traté de defender la decisión de mi amigo con los mismos argumentos que él lo hizo conmigo cuando me dio la noticia. Tener una persona que conduzca su auto (que dicho sea de paso no es de lujo) le había aligerado enormemente la vida: no se preocupaba por estacionarlo, o por el tráfico; por el contrario, mientras iba a trabajar o se movilizaba, podía informarse, leer sus correos y contestarlos, conversar por teléfono y planificar su día tranquilamente. En fin, el resultado, quizás magnificado por él, era totalmente positivo versus lo que tenía que gastar por el privilegio.

Pese a estos argumentos el rostro de mi esposa, a quien adoro, tenía la misma interrogación, la cual remató con una frase que lapidó nuestro debate: “A mí me sigue pareciendo un lujo innecesario”.

EL BLUES DEL AUTOBÚS
Mi esposa hoy invierte apenas quince minutos en transportarse a su trabajo. Esto no siempre fue así. Al igual que muchos limeños, antes tenía que recorrer siete distritos e invertir casi dos horas para llegar a su centro de labores. Partía de Comas y a su llegada a San Isidro ya había escuchado todo un programa de noticias, leído cerca de veinticinco páginas de un libro o (si le apetecía escuchar música) escuchado entre treinta y cuarenta canciones. Y, como todo el mundo, invertía también parte del tiempo de viaje durmiendo, a la espera de llegar a su destino.

Según la ONG Luz Ámbar, hay en Lima cuatro millones de personas que gastan alrededor de tres horas al día en transportarse, tal como ella lo hacía. Sacando cuentas, estas personas gastan: dieciocho horas a la semana, 75,6 horas al mes (3,15 días) y 936 horas al año (39 días). Es decir, sin pensarlo, mi esposa se pasaba más de un mes sentada en un ómnibus o una combi en el transcurso de un año.

Según Luz Ámbar, el transporte en la capital peruana es tan ineficiente que el 50% del tiempo que invierten los limeños en transporte es innecesario. Así, en una ciudad como Lima a un pasajero le debe tomar como máximo entre 30 y 45 minutos ir de un punto a otro. Es decir, al día deben invertir máximo una hora y media en ir y volver del trabajo.

Si se intentara monetizar esta pérdida de tiempo en una persona que gana el sueldo mínimo (S/.550), se tendría una pérdida de unos S/.2.574 al año, en el que el mismo trabajador podría invertir en otras actividades. Un estudio de Luz Ámbar indicó que al año se pierden cerca de US$1.000 millones en horas hombre por la ineficiencia del actual sistema de transporte.

UNA MANO AL PECHO
Pero los gastos en transporte no son solo en pérdida de tiempo. Si a esto se le suman la incomodidad y la inseguridad del servicio —aspectos que son difíciles de monetizar—, los costos de este sistema de transporte para el pasajero resultarían más perversos.

Una persona que vive en algún cono de Lima paga S/.1,50 por transportarse (S/.3 ida y vuelta), por ser una ruta larga; pero a esto también hay que añadirle otros gastos que son propios de las exigencias de ser pasajeros de un bus. Estos son: colaborar con vendedores de caramelos, chicles, llaveros; que son parte de la ayuda social que proporcionan los pasajeros. Así el gasto en transporte puede subir hasta los S/.6 al día.

Luis Quispe, presidente de la ONG Luz Ámbar, indica que el precio actual de los pasajes no refleja el costo real. Sean rutas largas o cortas, el pasaje general debe costar S/.1,50, pero esto no solo debe reflejar los costos del transporte sino también el servicio y la calidad —sobre todo en cuanto a los tiempos—, los que no parecen mejorar ni por asomo.

Los limeños nos hemos acostumbrado a vivir con este sistema sin tomar necesariamente en cuenta las pérdidas de tiempo que podemos utilizar, laborando o invirtiéndolo en actividades con nuestra familia y amigos. Mi propia esposa solo lo advirtió cuando se mudó.

No veo ni por asomo que mi amigo —el que tiene chofer— vuelva a usar el sistema de transporte urbano actual, y no porque le sobre la plata, sino porque inmediatamente empezaría a sacar cifras para empezar a valorar sus tiempos. Mi impresión es que si hubiera un sistema de transporte que le permitiera aprovechar el tiempo, ir seguro y cómodo, le tocaría dejar eso que mi esposa insiste en llamar “un lujo innecesario”. El Metropolitano no es aún una alternativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario