ANÁLISIS
¿El nuevo éxodo?
Por: Farid Kahhat Internacionalista *
Domingo 6 de Junio del 2010
Un barco repleto de civiles inermes se aproxima a las costas de los territorios palestinos. El barco no tiene autorización de la potencia ocupante para atracar en su puerto de destino y, por ende, sus pasajeros no tienen permiso para desembarcar. La potencia ocupante envía entonces navíos de guerra para interceptarlo. Sus soldados lo abordan por la fuerza y en la refriega mueren varios civiles. Los demás pasajeros son deportados a su lugar de origen en medio de una amplia condena internacional. El año es 1947, el barco se llama Éxodo, la potencia ocupante es Gran Bretaña y los civiles muertos son judíos provenientes de Europa.
El Gobierno Israelí acusa a algunos de los pasajeros de los navíos que iban rumbo a Gaza de tener vínculos con grupos irregulares armados. Acusación que no tendrá que probar, dado que los presuntos terroristas fueron deportados sin que les formularan cargos. En el caso del Éxodo, en cambio, el tema no es materia de controversia: el barco llevaba colgado a babor un cartel en el que se podía leer la inscripción “Haganah”, nombre de un grupo irregular armado judío.
Ello, sin embargo, no implica que los civiles que viajaban en el Éxodo portaran armas de fuego. Y aunque el Estado Israelí no tendrá que probar en una corte de justicia que los pasajeros del navío turco Mavi Marmara portaban armas, sí formuló cargos ante el tribunal mediático. Lo hizo propalando un video nebuloso que —según su versión— probaría el uso de “bombas incendiarias” contra sus soldados. Pero las imágenes evocan un pasaje de la cobertura que el diario londinense “The Times” hiciera sobre la tragedia del Éxodo, según la cual los pasajeros emplearon contra las tropas británicas toda la parafernalia que les brindaba el barco, incluidas las bombas de humo. Y no sería la primera vez que los hechos desmienten la interpretación que el Gobierno Israelí hace de sus propios videos: durante la invasión de Gaza una organización israelí de derechos humanos (B’tselem) demostró que uno de los videos de las Fuerzas Armadas israelíes, según el cual estas atacaban a integrantes de Hamas que transportaban cohetes, en realidad mostraba a civiles que acarreaban balones de gas (ver: www.youtube.com/watch?v=6Tg-F9oqyrE).
Pero ningún video podrá cambiar los hechos fundamentales: en primer lugar, la operación se desplegó en aguas internacionales, donde tomar por asalto barcos debidamente registrados constituye un acto de piratería. En segundo lugar, todos los muertos y la gran mayoría de los heridos eran civiles que viajaban en esos barcos. Por último, los barcos se dirigían hacia la franja de Gaza, la cual no es territorio israelí, y sobre la cual, por ende, las autoridades israelíes no tienen jurisdicción bajo el derecho internacional.
Israel alega que controla el espacio aéreo y las fronteras marítimas y terrestres de Gaza (con cooperación egipcia) por razones de seguridad. Incluso si ese fuera el caso, ello no requiere impedir el ingreso del 75% de las importaciones de víveres que recibía Gaza hasta el 2005, según denuncian las Naciones Unidas: el bloqueo constituye un castigo colectivo contra la población civil que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU le exige desmantelar. Y la mejor forma de garantizar la seguridad de ambos pueblos es poniendo fin a la ocupación militar más prolongada de la historia reciente.
CATEDRÁTICO DE LA PUCP
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