martes, 20 de julio de 2010

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA
La pesadilla del libertador
Por: Juan Velit Internacionalista
Martes 20 de Julio del 2010
Los indicativos son evidentes. Una serie de elementos configuran un modelo de naciones que se han convertido exactamente en lo opuesto a lo que soñó el gran libertador Simón Bolívar. La fragmentación de América cada día se hace más aguda y la división cada noche es más profunda.
Pero no le carguemos a una sola nación toda la responsabilidad, porque el compromiso de hacer realidad un sueño es de un continente y no solo de un país y muchos, de una u otra manera, se prestan a la conspiración del fraccionamiento que le sirve a los grandes.
Pero dejemos la elipsis lingüística y adentrémonos en los hechos concretos. El Gobierno Colombiano ha denunciado que Venezuela le ha dado albergue a varios altos mandos de las FARC en su territorio y ello es no solo un delito, sino que también representa una flagrante muestra de violación a compromisos con tratados internacionales y con organismos como la ONU, OEA y la flamante Unasur.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha dicho reiteradas veces: “Nosotros no ocultamos a nadie y que si sigue Uribe con sus locuras, en las próximas horas romperemos relaciones”. Pero lo cierto se hace dudoso en boca de algunos políticos cuando los preceden algunas experiencias, como es el caso del refugio al discutido asesor de inteligencia y factótum del gobierno de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, cuya presencia se negó hasta la saciedad y resultó que estaba en tierras llaneras y gozando, aunque no muy cómodamente, de su tradicional hospitalidad.
Pero también hay algunos factores políticos a considerar, como el hecho, que es vox pópuli en Colombia, de que el distanciamiento del presidente Álvaro Uribe, que se resiste a dejar el poder, es cada día más agudo con el victorioso Juan Manuel Santos y que ello es un obstáculo para un acercamiento entre las dos naciones caribeñas.
Por otro lado, las posiciones ideológicas y las constantes violaciones a los derechos humanos de Colombia y de Venezuela las han llevado a ambas a un aislacionismo que empieza a generar una preocupación en las cancillerías latinoamericanas.
Todo este cuadro se agrava en la nación llanera, cuando se considera que la carestía de algunos productos alimenticios y medicinales empieza a hacer crisis y a desorientar a su único líder, el cual con una falta de tacto político se abre un frente con la Santa Sede, al plantear la necesidad de revisar algunos acuerdos internacionales.
Como se sabe, la Santa Sede es la máxima institución de la Iglesia Católica que mantiene relaciones con más de 175 países, es decir, más que Estados Unidos, y que solo no las tiene con regímenes totalitarios o fundamentalistas.
Con todo este contexto adverso, qué lejano nos parece el sueño de ese alfarero de repúblicas que fue Simón Bolívar y cuya gran aspiración fue la unidad continental y que el istmo de Panamá fuera lo que el istmo de Corinto fue para los griegos.

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