jueves, 22 de julio de 2010

Ciencias Sociales









PUNTO DE VISTA
Más allá del presente régimen
Por: Carlos Adrianzén Economista
Jueves 22 de Julio del 2010
De vez en cuando es muy bueno tomar tiempo o distancia. De hecho, enfocar las perspectivas económicas de nuestro país circunscritos a los aciertos, rebotes, debilidades o miopías del gobierno de turno puede llegar a ser una labor aburrida y poco esperanzadora. Esto es cierto no solo para usted que viene leyendo cosas parecidas desde hace un buen tiempo, lo es también para quien escribe.
Por ello, más allá de la resignación y aceptando que resulta previsible anticipar ciertas cosas, como que el actual régimen no flexibilizará significativamente las absurdas regulaciones existentes, que no subsidiará la demanda educativa (en lugar de la oferta) o que implementará súbitamente un programa de despidos en el aparato estatal (a servidores corruptos e inhábiles) requerido por cualquier esbozo de una reforma del Estado responsable; o que el actual directorio del BCR actúe responsablemente no dejándole la tarea a los que vienen, desistiendo de distorsionar y permitiendo flotar libremente el dólar; resulta sano hacia delante con cierta perspectiva.
Siendo las cosas así —asumiendo que el año que viene las autoridades salientes van a gastar pudorosamente y controlar con mucho menor pudor—, existen ciertas interrogantes que trascienden al régimen y que haríamos bien en ir discutiendo y enfocando desde ahora. Eso sí, con la intención inconfesable y subterránea de que alguien —buscando votos desesperadamente— la suelte en medio de la segunda campaña presidencial en la que el candidato Castañeda puntea (cuando la fecha de la elección es distante).
La primera pregunta aquí se cae de madura. En medio de un panorama global accidentado e incierto, ¿el Perú volverá a crecer persistentemente a ritmos cercanos al 10%? (o como siempre nos resignaremos a mucho menos). Esta pregunta resulta crítica hoy porque casi todos sabemos —tal vez Ollanta Humala o Yonhy Lescano no— que crecer a ese ritmo requiere defender la estabilidad macro a rajatabla, educar agresivamente y profundizar la apertura comercial y la institucionalidad de mercados libres.
Pero si no deseamos esto y nos contentamos con copiar la receta de la concertación chilena —ese rollo populachero que implica crecer y reducir la pobreza a un ritmo menor en nombre de “crecer con equidad”— ¿cuán probable resultaría que —dejando de priorizar la defensa de la estabilidad— transitemos hacia caminos más progresistas a la argentina o ecuatoriana? Después de todo es muy diferente apostar a crecer como en los últimos cinco años, cero reformas y dólar controlado, pero con vacas gordas. La misma receta con vacas flacas y chúcaras, como las que parece dibujar hoy el panorama global, no basta.
Ojalá lo hecho bien persista y se profundice. No lo olvidemos: vienen tiempos interesantes…

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