lunes, 12 de julio de 2010

Comunicación







PERSPECTIVA CRISTIANA SOBRE LA DIVERSIDAD DE LAS LENGUAS
El castigo de la Torre de Babel

Noé Lara. Lingüista

En los comienzos del lenguaje, el hecho de poder dar nombre a las cosas, de poseerlas por medio de la voz, debió tener para el hombre un encanto maravilloso y, en alguna forma, oculto. El mundo comenzó a ser dominado en virtud de la palabra...” Así se expresaba Ciro Alegría Bazán con respecto a la naturaleza arcana y prodigiosa del lenguaje de los seres humanos.
No se equivocó nuestro novelista. Lo oculto, lo misterioso y lo prodigioso fueron de la mano con el espíritu religioso del hombre, desde el paganismo de la caverna, pasando por las idolatrías étnicas, hasta los inicios del cristianismo.


De la perspectiva judeocristiana, el lenguaje de los humanos fue único, al margen de las disquisiciones científicas que están siempre en controversia, pues posee una cierta lógica para quienes comparten la doctrina divina al considerar la existencia de una sola lengua que los hombres hablan originalmente.
Esta idea se refiere a un conjunto de usuarios agrupados en un determinado grupo social y territorio y reclinados ante un ser omnipotente. Esta sociedad tuvo la gracia de que fuera elegida el “Pueblo de Dios”.


La acción también se arrogó lo sacro. De aquí advertimos que en aquellos tiempos los procederes sanos iban complementados con el habla. Si se actuaba mal, era señal que dejaba ver el uso maligno del lenguaje.
Las malas acciones siempre contravinieron las reglas convencionales del Dios único: primero fue la fruta del Edén; luego, el culto falso y el desenfreno, y vino el gran castigo, el diluvio. Finalmente, adviene el perdón y se sella un nuevo contrato simbolizado con las luces del arco iris.


Pero nació Nebrodes, primogénito de Cush, y éste hijo preferido de Cam, hijo de Noé.
Hombre hábil y audaz, de mucha fortaleza, fue quien con su maligna acción persuadió a sus contemporáneos, utilizando la lengua, de que la felicidad no venía de Dios, sino de los propios valores del hombre.


Este accionar devino en una tiranía, mencionando que si Dios intentaba otra vez ahogarnos, construiría una torre tan alta que las aguas jamás la alcanzarían.
Nebrodes violó así las reglas sagradas del pacto posdiluviano. Aprovechó el sentimiento aterrador del pueblo, que veía acercarse el año 3312, convencido de que cada 1,656 años el cielo se deshacía en agua, y promovió levantar la Torre de Babel.


Esta construcción produjo el tercer castigo divino contra los hombres, al llevarlos a la diversificación de las lenguas en la Tierra. En adelante, ya no solo había que trabajar arduamente para comer el pan con el sudor de la frente, sino esforzarse rigurosamente para aprender, entender y traducir correctamente la lengua del otro, con el “sudor” de la mente.


Fecha:11/07/2010

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