viernes, 17 de septiembre de 2010

Ciencias Sociales





PUNTO DE VISTA

La esencia teórica de la crisis
Por: Oscar Ugarteche*
Viernes 17 de Setiembre del 2010

Parece estarse llegando a algunos consensos sobre la esencia de esta crisis: la ‘financiarización’. El modelo económico diseñado a partir de los años 70 y universalizado gracias a los consensos del ‘establishment’ académico anglosajón consiste esencialmente en estabilizar los salarios, sea como en Estados Unidos, mediante salarios que no se reajustan por inflación ni productividad; o como en Inglaterra, con la eliminación de sindicatos. En América Latina se hizo de ambas formas. Esa es la esencia del modelo chileno en lo económico y lo político.

El consumo en este nuevo escenario se basa en el crédito personal. De esta forma la evidencia empírica para Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Grecia y para los países sudamericanos es muy parecida. La mayor parte del crédito del sistema bancario es para consumo y la del no bancario para hipotecas y automóviles. Financiar la producción no es interesante para la banca en general. Se produce en otra parte.

Si el consumo se basa sobre créditos y no sobre salarios, cualquier alteración del empleo afecta la capacidad de pago de los créditos. De esta forma, una desaceleración de la economía impacta en las economías líderes en el sistema financiero.

El otro lado de la ‘financiarización’ es la baja rentabilidad del sector real, cuyo capital no soporta la renovación de la base productiva con las nuevas tecnologías. Así, las empresas, buscando rentabilizar sus posiciones de caja, invierten el dinero en instrumentos de cortísimo plazo que se diseñan a medida que avanza el problema del sector real. De ahí que la mayor parte de los instrumentos del mercado monetario global que se conoce a inicios del siglo XXI sean de los años 80 en adelante.

Tras la liberalización financiera de los 90, se multiplicaron los instrumentos, las plazas financieras y las monedas en qué operar, creándose mayor volatilidad en los mercados de lo que había existido nunca. Paradójicamente esto dio pie a la creación de los derivados que sirven para asegurar los instrumentos contra variaciones de la tasa de interés, cambiarias o cesaciones de pagos. A la postre, los derivados fueron parte del problema y no de la solución en el 2008. De allí el Acuerdo de Basilea para de incrementar las reservas bancarias que acaba de aprobase este mes.

De la crisis de la ‘financiarización’ únicamente se sale con un cambio tecnológico en la base productiva que recupere la rentabilidad del sector real y la capacidad de compra de los salarios. Así pasó en las crisis anteriores. ¿Cómo es en el Perú, país minero?

(*) Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM

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