lunes, 27 de septiembre de 2010

Orientación y Consejería, Educación inicial




 
INTEGRE EL PENSAR, EL SENTIR Y EL ACTUAR

Niños e inteligencia emocional
Lunes 27 de Setiembre del 2010


Los niños pequeños expresan sus emociones libremente y les es difícil modularlas, sobre todo en situaciones de frustración. A medida que van creciendo y madurando, van tomando control de estas y son capaces de entenderlas, así como de manejarlas.

La inteligencia emocional es ser conscientes de nuestras emociones y modularlas satisfactoriamente. Alejandro Vélez, director de la Asociación Psicológica para el Desarrollo Humano (APDEH)-Xinergia, define la inteligencia emocional como la habilidad esencial de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa.

“Implica la capacidad de asimilar las emociones y comprenderlas adecuadamente; así como la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás. Por ello, la inteligencia emocional efectiva integra el pensar, el sentir y el actuar”, refiere Vélez.
Desde edades tempranas los padres deben estimular en sus hijos el desarrollo de la inteligencia emocional, porque –más adelante– les permitirá actuar apropiadamente, ante situaciones que les generen emociones inadecuadas.

Carolina Ávalo, directora del Proyecto Enseña, refiere que la manera como se desarrolla la vida afectiva del niño sienta las bases para el manejo de su vida afectiva en la adultez.
“El adecuado manejo emocional de los niños puede garantizar el logro del éxito en su desarrollo futuro en ámbitos personales como la aceptación del fracaso y la manera de enfrentar los momentos difíciles de la vida. Del mismo modo, en el ámbito académico, de relaciones sociales, elección de una pareja, la formación de una familia, entre otros”, finaliza Ávalo.

PARA TENER EN CUENTA
Invítelo a reflexionar


El desarrollo de la inteligencia emocional es un proceso continuo. No espere que sus hijos piensen o actúen como adultos. Es importante no censurar sus emociones, pues controlarlas no es sinónimo de reprimirlas.
Los padres son modelos para los hijos, por ello controle sus emociones. Carolina Ávalo indica que si los padres tienen un momento de mal genio frente a sus hijos deben conversar con ellos y explicarles que no supieron manejar bien sus emociones y que intentarán hacerlo mejor.

Alejandro Vélez recomienda dejar al niño expresar su emoción, aun si es inadecuada, y posteriormente invitarlo a reflexionar sobre ella y sobre cómo puede manejar ese sentimiento.

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