lunes, 7 de marzo de 2011

Enfermería, Ciencias







LOS EFECTOS DE LA ENERGÍA ELECTROMAGNÉTICA

Cuando hablar por celular puede ser peligroso
Por: Manuel Luque Casanave Ingeniero
Lunes 7 de Marzo del 2011


Un estudio reciente realizado por científicos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) ha demostrado que cuando se usa el celular se presenta un incremento en el metabolismo cerebral. Se observó que un celular pegado a la oreja en un tiempo prolongado cambia la actividad de las neuronas en la zona cerebral que se ubica a la altura de la antena.

Este descubrimiento del NIH confirma la validez de la teoría que elaboré en un estudio precursor realizado en nuestro país en el 2003, como profesor del Departamento de Energía de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), que explicaba e interpretaba –respaldada por las leyes de Faraday y Maxwell del siglo XIX– la manera en que nuestras células serían afectadas por las radiaciones electromagnéticas:

“Si un conductor fijo es atravesado por un campo magnético variable se genera en aquel una fuerza electromotriz (fem), cuyo valor es proporcional a la variación del flujo del campo magnético en el tiempo [...] En nuestro cuerpo, el conductor fijo está representado por los iones de sodio (Na+), potasio (K+), cloruro (Cl-) y calcio (Ca+) de las células que se hayan expuestas al campo electromagnético de naturaleza oscilante (campo variable), por lo que se estaría generando una fuerza electromotriz (tensión con microcorriente eléctrica) en niveles de microvoltios y nanovoltios, cuyos efectos sobre nuestras células a esos niveles de tensión podrían resultar intrascendentes. No obstante, debido a la persistencia en el tiempo de estas fuerzas electromotrices, a causa de períodos prolongados de exposición, podrían ocasionar efectos a nivel celular en el largo plazo”.

Esta teoría la publiqué y difundí en el ámbito internacional en la revista “Consumidores y desarrollo”, de la Asociación Mundial de Consumidores de abril 2004 (ISSN-07 17-2680) y, posteriormente, en el país en la revista “Promociencia”, de la UNI en el 2005.

El 28 de octubre del 2003 el doctor Óscar Miró Quesada Cantuarias publicó mi teoría en El Comercio en un artículo en el que consideraba que el planteamiento “podría servir de base para una hipótesis de trabajo experimental con cultivos de células humanas, de preferencia con células del sistema nervioso central, para demostrar científicamente si las radiaciones electromagnéticas de la telefonía móvil realmente alteran las bombas de sodio, calcio, potasio y cloro de las células humanas”.

Vemos que finalmente este estudio lo ha realizado el NIH, cuyos resultados han validado la teoría bajo comentario.

La actividad de las neuronas es afectada por la persistencia, que en mis investigaciones denomino “fatiga electrónica celular”.

Las neuronas se ven impactadas debido a que las radiaciones electromagnéticas estarían induciendo microcorrientes, que impactan la permeabilidad de la membrana celular al paso de los iones de sodio, potasio y calcio. A su vez, las radiaciones desplazan electrones fuera del escenario celular, que regresan a su origen solo cuando cesan los impactos electromagnéticos.

Si estas neuronas están expuestas en forma continua o intermitente a la energía electromagnética de los celulares, el electrón desplazado tiene más probabilidades de ser capturado por radicales libres que modifican la estructura celular.

Estos radicales que circulan en nuestro torrente sanguíneo son producto de la mala alimentación, de la exposición a contaminantes en la vida diaria, del uso de colorantes y preservantes en los alimentos, así como del estrés que afectan y reducen la respuesta inmune de nuestro organismo ante agresiones externas como las radiaciones.

Por eso, lo más conveniente es hablar por celular con manos libres y emplear más los mensajes de texto.

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