FILOSOFEMAS
Muerte de Osama Bin Laden no termina con el terrorismo
Por: Francisco Miró Quesada C*
Funcionarios de la Central Intelligence Agency (CIA) descubrieron el lugar en que se ocultaba el terrorista el mes de agosto del año pasado, mientras seguían a un mensajero de Al Qaeda, la organización violentista creada por Bin Laden para realizar actos de terrorismo en el mundo. La CIA se enteró de este hecho mediante declaraciones de prisioneros de Guantánamo, la prisión que los estadounidenses tienen en un lugar de Cuba. Los prisioneros dijeron que quien llevaba el mensaje a Bin Laden era de tanta confianza que seguramente estaba viviendo en la misma casa. El director de la CIA, Leon Panetta, dirigió personalmente toda la operación del ataque a la casa de Bin Laden.
La búsqueda de Bin Laden comenzó inmediatamente después de que el 11 de setiembre del 2001 dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, derribándolas. Los atentados causaron más de 6.000 heridos, la muerte de 2.973 personas y la desaparición de otras. Se comprobó que hubo peruanos entre los fallecidos.
Las operaciones para el asalto a la mansión de Bin Laden fueron planeadas con el máximo secreto por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El éxito de esta intervención, sin duda, ha levantado la opinión pública a su favor. Y este aumento de prestigio que estaba bastante alicaído, por la crisis económica, habrá de serle muy útil para las elecciones presidenciales del 2012.
Pero la muerte de Bin Laden no termina de ninguna manera con el peligro del terrorismo, porque su sucesor será seguramente Ayman al Zawahiri, quien fue su lugarteniente, cuyo radicalismo, según dicen quienes lo conocen, es aun mayor que el del terrorista desaparecido.
Ahora, Estados Unidos está reforzando, a fondo, su sistema de seguridad. Y también diversos países europeos como España e Inglaterra, que fueron víctimas de atentados terribles, llevados a cabo por Al Qaeda.
¿Por qué existen terroristas en diversas partes del mundo?
La causa de este mal es, sin duda, el fanatismo. El fanático es un hombre que no puede tolerar que una persona piense de manera diferente de la suya. Por eso, elimina a los hombres y mujeres que piensan de otro modo.
Los ejemplos de fanatismo son numerosos. Conocida es la Inquisición española, que en nombre de Cristo sometió a suplicio y luego asesinó a quienes eran sospechosos de no seguir lealmente las enseñanzas de la religión católica. Parece una ironía que en nombre de Jesús, que predicó el amor, la compasión y el perdón, hayan existido formas de terrorismo como la Inquisición.
En nuestro país, desgraciadamente, hemos vivido un caso gravísimo de terrorismo. Fue el desencadenado por Abimael Guzmán, que causó miles de muertos en todo el Perú.
¿Qué es lo que constituye la personalidad del terrorista? Podría pensarse que es la soberbia. La cosa no es tan simple. Hay personas que son soberbias, que piensan que no hay nadie superior a ellas, pero la discrepancia con una persona, que piensa de manera diferente, no las conduce al asesinato.
La personalidad del terrorista es tan diferente de una persona normal, que solo se puede explicar, si es que se puede, por un anormalidad radical.
Tal vez podría llamarse locura, porque solo a un loco se le puede ocurrir asesinar a todas las personas que viven en algún lugar del mundo.
(*) Director general
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