HABLE CON ELLA
La filosofía pop
Por: Marcela Robles
Un buen día, el señor William Irwin publicó “Seinfeld y la filosofía: un libro sobre todo y nada” (1999), a propósito de la exitosísima serie “Seinfeld”. En ese entonces, Irwin, un profesor estadounidense de 26 años, encontró en la filosofía pop su primer gran ‘boom’ editorial. “Desde hace cientos de años la filosofía tiene un problema de relaciones públicas –ha manifestado el estudioso-, quien luego de su primer experimento creó una colección en la editorial Blackwell llamada Pop & Philosophy ( www.andphilosophy.com ). Al vincular la filosofía y la cultura popular llevamos a la filosofía más allá de la academia y la incorporamos a nuestra manera de ver el mundo; porque se trata del lenguaje comercial de nuestro tiempo. Y en lugar de hacer generalizaciones, podemos aprovechar esa situación y utilizarla como disparador del pensamiento. Por eso, si a usted la filosofía le arranca bostezos y le da flojera repasar las enseñanzas de Sócrates (que como bien sabemos no dejó escrita ninguna obra, pero sí muchas cosas dichas), este dato le va a encantar. Especialmente si disfruta como tantos de la cultura audiovisual.
En lugar de dar respuestas sobre la virtud, la verdad, la belleza y la justicia, Sócrates facilitaba una batería de inquietudes e incitaba a cuestionar absolutamente todo. Es decir, revisar lo que uno creía que sabía para reaprenderlo y enriquecerlo. Lo bueno es que para hacerlo no se ponía serio ni utilizaba términos complicados, sino que tomaba ejemplos del arte, la música o el deporte, o cualquier asunto que considerara interesante para sus interlocutores, a fin de incentivarlos a hacer algo que es poco habitual: pensar.
En su intento por salir de las aulas la filosofía contemporánea, saltó un buen día a la calle y a diferentes medios de expresión, y es ahí donde tenemos que buscarla. Naturalmente, hay que estar atento, porque viene en medio de un 90 por ciento de basura. Pero inmerso en ese universo estupidizante hay muchas series de televisión, canciones, cómics y demás combinaciones que contienen perlas: ideas interesantes y profundas, personajes y situaciones complejas, y habría que leer entre líneas, como si estuviéramos leyendo a Nietzsche. Naturalmente, eso no significa que quienes lo disfrutan sigan leyendo a los grandes filósofos que nos heredaron sus monumentales enseñanzas.
En el proyecto editorial de Irving salieron muchas propuestas (algunas no tan atractivas), pero a la larga contribuyen a evadir la pasividad del consumo e incitan a la reflexión. Dentro de la serie Blackwell se incluyen títulos como “Batman y la filosofía: el señor oscuro del alma” o “U2: cómo descifrar una banda atómica”; otros sobre el famoso Dr. House, South Park, y el reciente y muy esperado “Mad Men: nada es lo que parece”.
Efectivamente: nada es lo que parece. Si además de entretenernos miramos y escuchamos mejor, descubriremos una manera de resucitar a la filosofía que, claro, se ha despeinado un poco en sus maneras, igual que lo hiciera Sócrates en su tiempo.
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