martes, 5 de julio de 2011

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA

Gestión de crisis o conflictos

Por: Juan Arroyo Sociólogo
Martes 5 de Julio del 2011
¿Qué lecciones podemos extraer de la ola de conflictos sociales que hemos tenido? Quizá la principal es, conforme enseñan especialistas internacionales en conflictos como Josep Redorta y William Ury, que la solución real de un conflicto social se hace antes de que este explote.
La experiencia de estos cinco años es que el Estado resuelve los problemas luego de que explota el conflicto, o lo advierte cuando ya está escalando. Se sabe de antemano que un conflicto atraviesa diferentes etapas: 1) primero, es un conflicto latente; 2) luego entra en una fase de disputa, o de conflicto emergente; 3) a renglón seguido, con un motivo detonante, entra en una fase de crisis, el conflicto escala y suele desbordar en la violencia; 4) después, la negociación u otros medios consiguen desescalar el conflicto; 5) posteriormente, si se resuelven las causas mediatas, se entra en una etapa de paz sustentable, pero si no se atienden los motivos de fondo, hay relatencia del conflicto y puede retornar a su fase activa.
Por eso, no es lo mismo “gestionar la crisis” que “atender un conflicto”. Gestionar la crisis es resolver el punto de antagonismo del conflicto, mientras que atender el conflicto es intervenir en todas las fases de su proceso y solucionar la “cuestión en disputa”, que va mas allá del motivo detonante. A veces se tiene la idea incorrecta de que un conflicto social es un suceso y no un proceso, y no es así. La crisis es solo un momento del conflicto social. Por eso se habla de varios niveles en paralelo cuando hay que prevenir y gestionar conflictos. Primero y lo más importante, hay que mitigar la probabilidad de que ocurra el conflicto, pero producido el impasse, hay que mitigar su impacto, resolviéndolo democráticamente, y luego, “gestionar la poscrisis”, esto es, cumplir lo acordado y hacerle seguimiento. Es lo que toca ahora.
Por tanto, debe desterrarse aquella noción limitada de que los conflictos sociales aparecen porque hay gente azuzándolos. La prevención de conflictos no es sinónimo de “neutralizar” a los conflictivos, que ciertamente existen pero ayudados por los que postergan soluciones. ¿Esperaremos ahora otros incendios para volver a pensar en soluciones a los temas de minería y medio ambiente o a la creación indiscriminada de universidades?
Ahora que estamos en una etapa de cambio de gobierno, sería bueno no solo una política de “crecimiento con inclusión”, que cohesione al país, sino también una política de diálogo y concertación nacional. La gente no solo anhela un bienestar material, también quiere ser escuchada y tratada con dignidad. Más vale prevenir que lamentar.
(*) Investigador principal de la Universidad Cayetano Heredia.

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