LOS 27 AÑOS DE UN PROCESO DE PACIFICACIÓN
Despliegue en el Huallaga
Por: Percy Delgado De La Flor Ocampo (*) Coronel Ep (r)
El movimiento aéreo se inició en el aeropuerto Francisco Secada (Iquitos) y se hicieron cuatro viajes nocturnos. Luego se usaron helicópteros de la FAP y del Ejército hasta diversas zonas del Huallaga. El desplazamiento se hizo en todo tipo de vehículos, incluso camiones destartalados, pues no había las suficientes unidades, debido a la desidia de quienes toman las decisiones.
Los subversivos habían incursionado a lo largo del río Huallaga y su primer objetivo fue la agroindustria. Se ensañaron con las empresas de la zona. En esa época, la efervescencia del narcotráfico se sentía y el acoso subversivo se hizo notar en el ataque a diversos puestos policiales.
Para hacer frente al terrorismo, las primeras acciones fueron no solo el control territorial, sino además apoyo y seguridad a los desplazados y a las comunidades. La campaña del batallón Lobo dio resultados satisfactorios y contribuyó al proceso de pacificación, que incluyó la reconstrucción de las empresas de la zona, entre ellas Palma del Espino del Grupo Romero, que decidió valerosamente continuar con sus trabajadores. En la destrucción del aparato subversivo participaron valerosos soldados, quienes recuperaron y preservaron la paz y la democracia. Fue un duro batallar en tres frentes: sociológico, psicológico y militar.
Nuestra tarea continuó hasta diciembre de 1984, período en el que logramos recuperar 24 pistolas ametralladoras marca Star, con el sello del ejército de Venezuela. Asimismo, pistolas entregadas al destacamento La Breña y otras 32 armas de caza, escopetas y revólveres, todas confiscadas respetando los derechos humanos.
Hasta entonces los nexos de la subversión con el narcotráfico recién comenzaban. Como anécdota, contaré que el 26 de octubre de 1984 llegué al poblado de Paraíso que, en la víspera, fue reunido para recibir al terrorista ‘Santiago’. A dicha cita llegó un emisario del narcotraficante ‘Braulio’, que le enviaba 600 dólares para que los subversivos se comprometan a conversar, ofrecimiento que fue rechazado por ‘Santiago’, quien quemó los billetes, cuyos restos pude observar.
Por todo lo vivido, considero que la sustitución de los cultivos de hoja de coca es factible. Lamentablemente, los verdaderos estudiosos y experimentados no participan del debate por muchas consideraciones, entre otras por no discutir en un avispero de oportunistas.
(*) Artículo póstumo
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