«La buena información que está oculta es inútil; la mala información que está fácilmente disponible es nefasta»
lunes, 12 de septiembre de 2011
Ciencias Sociales
ANÁLISIS POLÍTICO
La responsabilidad que trae consigo la popularidad
Por: Diana Seminario Marón Editora de Política
Domingo 11 de Setiembre del 2011
El 70% de aceptación del presidente Ollanta Humala, según un sondeo nacional publicado el viernes por “Perú.21”, nos lleva a hacer algunas reflexiones, pues este importante respaldo debe llevar al mandatario y al equipo de gobierno en general a tomar las cosas con calma y a administrar con inteligencia y humildad el poder que genera contar con el apoyo de un importante sector de la población.
Si bien los gobiernos suelen tener inicios auspiciosos, en el 2006 Alan García exhibía una aprobación de 63% en la misma época, esto no debe hacernos ignorar las implicancias de la aprobación del mandatario.
No cabe duda de que el estilo de gobierno de Humala, de aparecer en esporádicas ocasiones en público y de tener un escaso contacto con la prensa, lo ha llevado a este 70%. Humala elige sus escenarios, mide sus palabras y solo dice lo que debe decir en el momento que quiere decirlo.
Lo que parece tener claro es que no es conveniente entrar en disputa con el empresariado, ni mucho menos arrinconarlo, sabe que políticamente es mucho más rentable arremeter contra aquellas inequidades que no son precisamente fruto de un mal manejo empresarial sino que se dieron por ausencia de políticas adecuadas.
En Bagua tranquilizó a los inversionistas al afirmar que no se abusaría de la ley de consulta previa, y supo confundirse entre la gente de la zona y hablarles de tú a tú en un lenguaje coloquial. El público pasó por alto –y hasta celebró– “las órdenes” que daba a los jóvenes para que se vayan al cuartel.
Humala sabe que ahora puede ratificar las veces que quiera al controvertido jefe de Devida, Ricardo Soberón, pues quizás la gente no entienda que si el problema del narcotráfico no se ataca desde la raíz, mañana le estará tocando la puerta.
El mandatario es consciente también de que el proyecto firmado por él y que busca retirar de sus cargos a 15 embajadores no colisionará con su márketing con el pueblo pero –por si acaso– sostuvo que lo que busca la norma es “acabar con los privilegios”. Palabra clave para la tribuna.
Además, él no va a enfrentarse con el ex presidente Alan García –como erróneamente lo hizo en campaña Alejandro Toledo–, para eso tiene congresistas que se encargarán de ello.
Así, mientras estemos celebrando la mejora en el ránking internacional de competitividad y seamos vistos como uno de los países que mejor maneja su economía en crisis, el presidente Ollanta Humala respira tranquilo y su gobierno puede continuar, por ahora, con esa otra agenda que él y sus allegados saben que no va a colisionar con los bolsillos de las mayorías.
¿Y a qué otras agendas nos referimos? A esa que es condescendiente con los cocaleros o a aquel proyecto que buscaría unificar todos los medios de comunicación del Estado en un solo organismo o a la intención del Ministerio de la Mujer de poner el aborto en debate.
Por eso, subrayamos la importancia, hoy más que nunca, de manejar con responsabilidad su respaldo popular y ser claro en lo que va a hacer, y sobre todo en lo que definitivamente no va a hacer.
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