viernes, 18 de noviembre de 2011

Ciencias Sociales







FILOSOFEMAS

Los últimos tres presidentes y sus mundos

Por: Francisco Miró Quesada C Director general
Viernes 18 de Noviembre del 2011
En los países democráticos el presidente de la República determina cómo se percibe al país, pero algunos no lo hacen con la fuerza y precisión de otros.
En nuestro país, la relación entre la presidencia y su impacto en la opinión pública de los últimos tres presidentes ha sido determinada y precisa. Cada uno ha impactado de manera diferente.
Comencemos con Alan García Pérez, quien con su segundo período ha pasado a la historia como un presidente muy activo, que hablaba constantemente y se hacía presente en los más diferentes actos públicos. Incluso, aparecía en sucesos como el velorio del cantante criollo Arturo ‘Zambo’ Cavero, un amigo personal que no tenía nada que ver con la vida oficial ni política del país.
Incontenible en su afán creador, García constantemente estaba haciendo proyectos. Uno de sus predilectos fue el tren eléctrico que propuso en su desastroso primer gobierno –cuando llegó a la presidencia con apenas 35 años de edad–, en el que hubo una inflación gigantesca (casi tan grande como la de la Alemania de la posguerra, cuando los aliados injustamente la obligaron a pagar los gastos de la guerra). Alan García impulsó la construcción de dicho tren, pero, a pesar de todos sus esfuerzos, su obra no fue culminada. Hablador, carismático, exitoso con las mujeres, bailarín, bromista y gran gourmet, uno de sus últimos proyectos fue el polémico Cristo del Pacífico que con los meses se ha convertido en punto de visita dominguera de los limeños. García es recordado hoy como un hombre simpático, optimista, que consolidó la economía y que dejó el gobierno entre sonoros aplausos e implacables críticas por casos de corrupción de su entorno.
Antes que él, gobernó Alejandro Toledo Manrique. Un hombre de mérito que nació en un hogar pobre de Cabana, en los Andes ancashinos y se forjó a pulso una buena situación, graduándose de economista y llegando a ser profesor de la Universidad de Stanford, California.
Toledo postuló a la presidencia por primera vez en 1995, sin mayor éxito. Fue también uno de los rehenes de la residencia del embajador del Japón antes de que su carrera política despuntara. Relanzó su candidatura ante el evidente desgaste fujimorista en el año 2000. Al año siguiente venció en segunda vuelta a Alan García. Al principio, Toledo no tenía don de mando y no lograba hacerse obedecer por sus subordinados, mas tenía un criterio certero para nombrar a sus ministros. Por ejemplo, nombró a Beatriz Merino como primera ministra. Con el tiempo, adquirió don de mando y nombró jefe de su Gabinete a Pedro Pablo Kuczynski (PPK), economista de gran capacidad. Gracias a PPK, la economía mejoró. Al terminar su gobierno, había ganado el aprecio público.
Fijémonos ahora en el actual presidente, Ollanta Humala Tasso. Llegó al poder cuando la situación del país había cambiado mucho y la inclusión social era una asunto que no había avanzado durante los gobiernos de Alan García y de Alejandro Toledo. Así, una de las bases de su campaña electoral fue justamente el tema de la inclusión social, lo que va de la mano de la reducción de la pobreza en todas las regiones del Perú. Otra de sus propuestas fue la lucha contra la corrupción. Han pasado poco más de cien días desde que asumió el mando. Para superar la exclusión ha creado con acierto el Ministerio de Inclusión Social, pero en el tema de lucha contra la corrupción, las cosas no han sido fáciles. En el Congreso se han encontrado personas –varias de ellas de la bancada oficialista– que estaban procesadas cuando presentaron su candidatura. Una piedra en el zapato ha sido considerado el caso de Omar Chehade, segundo vicepresidente de la República. ¿Cómo pasará a la historia el presidente Humala? Solo cuando termine su período de cinco años lo sabremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario