Fuente: http://www.anabad.org/noticias-anabad.-Publicado el 9 junio 2015
Del Libro:
Palfrey, J. BiblioTech: Why Libraries Matter More Than Ever in the Age of Google. Kindle Edition, 2015.
Las bibliotecas están en riesgo porque hemos olvidado lo importantes que
son. En la era de Google y Amazon, los diferentes medios permiten acceder a la
información con mayor facilidad y rapidez que nunca, como consecuencia, de
ello, cada vez que se discute el tema de presupuestos en todos los
lugares se plantea la cuestión de cual es papel de la biblioteca en la era
digital.
Por lo general se sigue teniendo una idea muy simplista y sesgada de lo
que es y lo que ofrece una biblioteca. Para la mayoría las bibliotecas
son lugares donde obtener información. Pero precisamente a la información se accede
cada vez más fácilmente con la llegada de los ordenadores, las redes y el
formato digital, y aún más se ha acrecentado la capacidad de acceder a
cualquier información en todo tiempo y lugar con la llegada de los dispositivos
móviles, realmente un Smartphone se utiliza más como un ordenador que como un
teléfono. La mayor parte de la información que necesitamos en el día a día
de nuestra vida se puede encontrar en formato analógico o digital. La
mayoría de las veces, la diferencia sustancial entre el acceso al formato
física y digital está en que a través del formato digital es posible acceder a
la misma de una manera más sencilla y rápida utilizando un dispositivo móvil.
El acceso a sus variantes físicas a menudo requiere más esfuerzo, es decir
hacer un viaje real a la biblioteca.
Además los hábitos de consumo de la gente han experimentado un cambio
importante durante los últimos años en beneficio de lo digital. Por ello las
bibliotecas están tratando de servir a una amplia gama de clientes
en diferentes puntos combinando servicios digitales y servicios de
acceso físico. A su vez se ha producido otro cambio, el hecho de que importantes servicios
comerciales han empezado a competir con algunos de los servicios que
tradicionalmente ofrecían las bibliotecas (Kindle Unlimited), o simplemente
establecimientos que brindan a cualquier usuario el acceso wifi gratuito a
Internet y un lugar para reunirse como los cafés Starbucks.
Los puntos de vista sobre qué debe ofrecer una biblioteca a este
respecto están muy arraigados entre muchos de los profesionales lo que hace aún
más difícil y complicada la tarea. Si la mayor parte de la información más
actual ya es accesible en formato digital desde cualquier dispositivo ¿Cuál es
la utilidad de la colección física de libros, revistas, películas y música? Y
si internet es el punto de acceso a toda esta información ¿Qué finalidad tiene
el mantener espacios físicos? Y si las bibliotecas no ejercen de centros
comunitarios ¿Para qué se quiere tener bibliotecarios? Las bibliotecas son más
que centros comunitarios, al igual que los bibliotecarios hacen más cosas que
responder a cualquier pregunta que puedes encontrar fácilmente en Google.
Históricamente la biblioteca como institución es uno de los organismos
que más y mejor ha contribuido al éxito de cualquier democracia. Las bibliotecas
proporcionan acceso a las habilidades y conocimientos necesarios para cumplir
con los roles de ser ciudadanos activos, además de funcionar como instituciones
esenciales para la igualdad de los ciudadanos, siendo el garante más equitativo de
acceso a la información y el conocimiento por parte de toda la sociedad. Se trata de
mecanismos de participación e inclusión social por encima de otro tipo de
intereses. Ya que para muchos ciudadanos la biblioteca es casi el único lugar
donde encontrar la información que necesitan de forma gratuita. La sala de
lectura de una biblioteca es el lugar donde puede ser consultado un periódico,
una revista, un semanario o una película de forma completamente gratuita.
Además en muchas comunidades la sala de lectura de la biblioteca pública
es el lugar donde escuchar a un profesor hablar de temas como cambio climático,
inmigración o empleo. Este mismo espacio es donde un niño de una familia no
pudiente puede ir a ver una película, escuchar música o leer un libro.
Cualquier sistema democrático solo puede llegar a ser una realidad si todos los
ciudadanos tienen las mismas oportunidades de acceso a la información y a la
cultura para que a corto, medio o largo plazo ellos puedan tomar decisiones
informadas. Por ello las bibliotecas son instituciones eminentemente
democráticas. El conocimiento que ofrecen y la ayuda que proporcionan los
bibliotecarios son el alma de una sociedad inclusiva, informada y comprometida
con sus ciudadanos. Este papel es igual de importante en las grandes ciudades
que en los pueblos más pequeños, ya que desde la creación de las bibliotecas
públicas estas son casi exclusivamente las instituciones donde el ciudadano
puede acceder libremente para cumplir con sus objetivos de manera completamente
gratuita.
Si lo viéramos desde el punto de vista contrario ¿Qué pasaría si
desaparecieran las bibliotecas? La desaparición de las bibliotecas
públicas afectaría negativamente a la educación, y socavaría la capacidad
de los ciudadanos más desfavorecidos de cualquier país libre para equipararse
al resto de los ciudadanos, encontrar trabajo, y formar parte de una gran clase
media alfabetizada.
Las bibliotecas proporcionan espacios públicos donde la gente puede
congregarse, compartir su patrimonio cultural y científico, y crear
conocimiento compartido. De este modo los bibliotecarios, junto con los
archiveros, mantienen en alguna manera el registro histórico de nuestras
sociedades y nuestras vidas. No invertir en las bibliotecas durante
este tiempo de transición de lo analógico a lo digital, supone poner todas estas funciones
esenciales en riesgo justo cuando más las necesitamos.
El camino a seguir por parte de las bibliotecas y los bibliotecarios no
es un misterio. Los líderes visionarios como Amy Ryan y su equipo en la
Biblioteca Pública de Boston están delimitando parte de este trazado a seguir.
El esfuerzo de reinversión llevado a cabo por Siobhan Reardon en la Biblioteca
Pública de Filadelfia ha dado lugar a una donación de 25 millones de dólares
para "reimaginar" la biblioteca de su ciudad. Muchos otros
bibliotecarios en bibliotecas escolares, universidades y bibliotecas
especializadas, de empresas de tecnología y organizaciones no lucrativas están
mostrando asimismo la ruta que hemos de recorrer.
La clave es muy simple: centrarse en lo que los medios digitales e
Internet hacen posible, no en lo que deshacen. Esta perspectiva permite a los
partidarios de la biblioteca encontrar y explotar las formas en que lo digital
y lo analógico se unen, en el que ambos formatos se refuerzan mutuamente para
ser complementarios y no antagónicos. Internet y los medios digitales están
permitiendo nuevos tipos de servicios que marcan una diferencia real para todos
los usuarios de la biblioteca: por ejemplo, los bibliotecarios pueden
encontrar, sin costo, materiales interactivos que van desde documentos
históricos originales a noticias del día a día. Las bibliotecas físicas nunca
han sido tan interesante, ni lugares tan útiles y vitales. Las personas que
trabajan en las bibliotecas están ayudando a otras personas a manejar
adecuadamente toda la masa abrumadora de información que encontramos en línea y a
diferenciar aquello que es pertinente e inmediatamente relevante para sus vidas
de todo aquello que es puramente accesible.
Necesitamos ambas bibliotecas, tanto las físicas como las
bibliotecas digitales de hoy. Los espacios físicos y las plataformas digitales
juegan un papel esencial en la prestación de acceso y democratización al
conocimiento por parte de todo el mundo en un futuro próximo. Pero si no
mantenemos las bibliotecas físicas, perderemos público esencial, espacios
intelectuales en nuestras comunidades, lugares donde la gente puede reunirse
cara a cara, y si no construimos bibliotecas digitales que posibiliten la
conexión entre las personas indistintamente de su ubicación, estos espacios
físicos se convertirían en obsoletos. Bibliotecas físicas y digitales son
complementarias ya que una y otra hacen que la otra sea más eficaz y valiosa.
Hay pocos lugares culturalmente tan diversos en el mundo que el barrio
de Queens en la ciudad de Nueva York. Esa diversidad se encuentra en clara
exhibición en sus bibliotecas públicas. En la sucursal de la biblioteca
Forest Hills, es posible que cualquier usuario sea incapaz de encontrar un
asiento en una tarde de sábado. Los usuarios de muchas razas y edades se sientan
codo a codo entre los terminales de ordenador. Hay muchos libros tanto en las
mesas como en los estantes que recubren la pared, pero lo que si se evidencia
es que los usuarios la importancia no se la dan precisamente a los libros, y si
se aprecia que la mayoría de los usuarios están sentados frente a los
ordenadores. El lugar no es precisamente un sitio tranquilo, se observa que se
charla en esta sala llena de gente. Se trata de un sonido productivo y
vibrante, no infeliz. La actividad predominante definitivamente no precisamente
la búsqueda y la lectura de libros.
El contexto de las bibliotecas está mutando al igual que ocurre
en otros entornos sociales de las grandes ciudades. Las bibliotecas públicas en
ciudades y pueblos, así como las bibliotecas escolares y universitarias, están
rediseñando sus espacios y sus reglas para dar cabida a los nuevos
comportamientos y hábitos que tiene la gente para acceder y disfrutar del ocio
y de la información. Hoy en día los espacios de la biblioteca son a menudo
vibrantes para algunos, y muchas bibliotecas están estableciendo récords de
asistencia, la circulación de los materiales, y a la provisión de acceso a las
ideas y eventos.
Se dice y se tiene asumido que el acceso al conocimiento nunca ha
sido mayor de lo que es hoy. Y nadie discute que el acceso a los conocimientos
es una cosa buena en las sociedades democráticas modernas, el problema es que el
acceso a este conocimiento se distribuye de manera desigual. Bibliotecas y
bibliotecarios, pueden ser agentes esenciales para solucionar esta deficiencia
de distribución si se apoyan e innovan adecuadamente.
La Biblioteca Pública de Boston y la Biblioteca de Queens no son
atípicas, pero tampoco son la norma. A través de América y el mundo, las
bibliotecas están en peligro. No todos los alcaldes de la grandes ciudades se
comprometen a financiar una renovación de arriba a abajo de los edificios
históricos de la biblioteca. Queens, a pesar de la demanda pública de su
sistema de biblioteca, ha sido uno de los lugares más afectados en la última
década por los recortes y controversias sobre el gasto que generan. Y muy a
menudo alcaldes y gerentes se ven obligados a tomar decisiones presupuestarias
estrictas, están recortando presupuestos de las bibliotecas con el fin de
salvaguardar otros servicios esenciales. De este modo las bibliotecas de todo
tipo se enfrentan a presiones presupuestarias. En las bibliotecas universitarias
se están congelando los presupuestos debido a la reducción matrículas. Lo que
afecta a la compra de libros y a la reducción del personal. Las bibliotecas de
las escuelas públicas se encuentran bajo la mayor presión presupuestaria de
todos los tiempos, en algunas partes se ha reducido drásticamente el número de
nuevas adquisiciones y se han reducido las horas de apertura, o en el peor de
los casos algunas bibliotecas escolares han tenido que cerrar. Por lo que actualmente
se corre el riesgo de no mantener los
registros históricos completos, especialmente los realizados en formatos
digitales.
Si bien el trabajo de rehacer las bibliotecas físicas debe orientarse
con miras a las necesidades de la comunidad en particular, el desarrollo de
plataformas digitales de la biblioteca debe ser un proceso altamente
colaborativo. Las bibliotecas individualmente no tienen que trabajar solas para
encontrar nuevas formas de utilizar las nuevas tecnologías con el objetivo de
revitalizar los servicios de la biblioteca. Las iniciativas digitales a gran
escala posibilitan nuevas formas de ofrecer los servicios bibliotecarios que se
han ofrecido siempre. Durante años, los bibliotecarios han soñado con crear una
“biblioteca digital de Alejandría”. Hoy ese proyecto está finalmente en marcha
a través de las bibliotecas digitales que se están convirtiendo en fuentes de
conocimiento, la inspiración y la innovación para la comunidad global, en este
sentido las posibilidades son impresionantes.
Es poco probable que una biblioteca digital mundial emerja
por sí misma. Docenas de gobiernos y grupos de bibliotecarios están
desarrollando plataformas de biblioteca digital de escala nacional,
especialmente en Europa, Asia, y los Estados Unidos. De este modo una serie de
plataformas digitales de bibliotecas nacionales o regionales interconectadas no
sustituirán las bibliotecas físicas, sino que apoyarán a los bibliotecarios y
para abrir nuevas oportunidades para las bibliotecas que se centran en el
trabajo que mejor saben hacer, sin necesidad de que cada uno de ellos
desarrolle una infraestructura redundante y colecciones únicas. El desarrollo de
plataformas digitales de la biblioteca es un proyecto común, y se están tomando
un tiempo para llegar a buen puerto, pero una cosa está clara: las bibliotecas
ya están innovando de manera importante. El trabajo de los ciudadanos y
usuarios de la biblioteca es apoyarles en sus esfuerzos para que puedan cumplir
con su función esencial en nuestras comunidades. Las bibliotecas están en camino
de convertirse en organizaciones en red que pueden prosperar en los años
venideros.
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