El Comercio 21 de diciembre del 2008
ESPECIAL. ARTISTAS DE ALTURA
La revalorización del ichu
Los campesinos del sur de Huancayo dejaron de quemar el ichu para usarlo con fines artesanales
Por Raúl Mayo
Hace seis meses, los campesinos de diversas comunidades de los distritos situados al sur de Huancayo, a más de 4.000 mil metros sobre el nivel del mar, empezaron a usar el ichu o paja de puna para elaborar plantas ornamentales en vez de seguir quemándolo con la idea errónea de que así abonan la tierra.
La idea surgió en una de las reuniones que se organizó para explicar a los hombres de campo que la quema de los pastos naturales es sumamente perjudicial.
"La quema de los pastos contamina el ambiente, reduce la reproducción de las semillas de los pastos naturales, hace que el campo pierda su capacidad de rebrote y se exterminan los controladores naturales, como los insectos que combaten las plagas", refiere Aldo Torres Romero, responsable del Proyecto de Mejoramiento y Manejo de Praderas Naturales.
ASÍ SURGIÓ LA IDEAFue entonces cuando una campesina recordó que una de sus hijas aprendió en el colegio a elaborar adornos con paja de la puna. Muchos se entusiasmaron con la idea y la pusieron en práctica de inmediato. Se contactó a una profesora en manualidades y los campesinos de 16 comunidades de los distritos de Santo Domingo de Cachi, Yanacancha, Jarpa, San José de Quero, Chacapampa, Chinche y Chongos Alto se convirtieron en artistas luego de algunos meses de aprendizaje.
Santiago Lazo Aquino, poblador de la comunidad de Misquipata, aún se sorprende al ver como él y sus compañeros, acostumbrados a las rudas labores de campo, ahora cogen los pinceles para pintar con delicadeza las espigas de ichu y otras variedades de pastos naturales de la puna que usan principalmente para crear plantas ornamentales de vivos colores que venden en floreros de barro.
"Lo mejor es que no hay problema para conseguir la materia prima que requieren porque cuentan con mil hectáreas llenas de ichu a su disposición", comenta Aldo Torres.
Ahora en muchos hogares de las comunidades del sur de Huancayo se pueden encontrar a adultos y niños concentrados en el pintado del ichu.
Benito Espinoza Páucar, de la comunidad Los Ángeles del distrito de Chacapampa, dice que compite con su esposa y sus hijos para ver quién realiza las mejores creaciones.
Victoria Lozano, de la comunidad de Yana Yana, en el distrito de Chongos Alto, explica que, para la venta final, las plantas ornamentales que confecciona con su familia se complementan con espigas secas en un jarrón de arcilla.
Las creaciones hechas de ichu vienen siendo adquiridas por comerciantes de la Casa del Artesano de Huancayo y por quienes se dedican a la venta de artesanía en la feria dominical que se realiza en la capital del departamento de Junín.
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