El Comercio 12 de noviembre del 2009
RESPECTO AL PROYECTO DE CREACIÓN DE UN MINISTERIO DE CULTURA
¿Por qué crear un ente administrativo?
Por: Francisco Morales Bermúdez*
En días recientes hemos conocido la propuesta formulada por el Gobierno para la creación de un ministerio de cultura. A simple vista nos puede parecer que la propuesta es conveniente. Todos tenemos una noción general de lo que significa la cultura y de su importancia en el desarrollo de un pueblo.
Sin embargo, creo que es conveniente reflexionar sobre si conviene la creación de un ministerio para fortalecer el avance cultural de nuestro país, teniendo presente que la cultura es un concepto tan amplio que abarca la vida pasada, presente y futura de la nación.
La cultura cubre amplios aspectos que pueden llegar hasta la tendencia al culturalismo, o sea atribuir a la cultura y a los factores culturales un papel dominante en la formación del individuo y de las distintas vidas sociales.
Cultura viene de “cultivo”: cultivo de conocimientos y de prácticas humanas. Por ejemplo, cultura artística, física, política, en valores, científica, general, histórica, de masas, etc.; conjunto de costumbres y creencias heredadas.
Este contenido nos lleva a pensar que la cultura no puede ni debe ser administrada, excepto cuando se refiere al cuidado del patrimonio, sino más bien fomentada. ¿Por qué, entonces, crear un ente administrador que por su propia naturaleza tenderá a ser burocrático en vez de fortalecer al existente Instituto Nacional de Cultura (INC) y permitir que continúe siendo un organismo ágil y flexible?
Creo que el INC debería ser potencializado e incrementar sustancialmente los escasos recursos que dispone, a fin de que pueda desarrollar una actividad creadora, basada en la historicidad de nuestra cultura, y procurar la integración de los diversos elementos culturales en la unidad de la cultura global.
Pensemos si esto podrá conducirse mejor en la rigidez de un ministerio o en un instituto flexible, ya existente, bien organizado y alimentado con suficientes y apropiados recursos del Estado, y que puede tener incluso acceso directo a la Presidencia de la República si se otorga a quien lo dirige la membresía equivalente a un ministro de Estado.
La cultura es tan amplia que cada uno de los ministerios existentes e instituciones del Estado, tales como la Biblioteca Nacional, el Instituto Peruano del Deporte, el Concejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Indecopi y otras, al cumplir cabalmente su tarea, están contribuyendo con la cultura global: educativa, del medio ambiente, del trabajo, de la producción, del consumo, de la defensa nacional, de seguridad ciudadana, jurídica, física, etc.
Una reflexión adicional. No siempre cuando existe la necesidad de solucionar un problema nacional se debe crear un ministerio. Más aun, en un proceso de descentralización política, económica y administrativa, la tendencia debe ser reducir la estructura del poder central en lugar de incrementarla para permitir que aumente su eficacia y se fortalezca en cantidad y calidad de medios la actual estructura descentralizada.
Por otro lado, antes de crear nuevos ministerios debería haber un enfoque amplio sobre la reforma del Estado, orientándola hacia el mejor servicio al ciudadano y al desarrollo integral del Perú, dentro del cual la cultura esta inmersa.
En nuestro caso, lo primero que se necesita es que exista la firme voluntad política de promover una cultura integral, lo que no necesariamente debe conllevar a crear un ministerio para tal fin, sino más bien debe tender a ampliar el ámbito y las facultades legales y jurisdiccionales del actual Instituto Nacional de Cultura, dotándolo al mismo tiempo de los recursos técnicos, de personal capacitado y de medios económicos que le permitan ser la cabeza de un sistema cultural del Estado.
La cultura no debe burocratizarse, sino estimularse, divulgarse y fomentarse.
(*) Ex presidente de la República
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