lunes, 12 de abril de 2010

Orientación y Consejería,

Mi Hogar 11 de abril del 2010


ENTENDIMIENTO. Brecha generacional
Es hora de negociar en casa
¿CÓMO DETENGO LOS CONFLICTOS CON MI HIJA MAYOR DE EDAD? LA CLAVE ES HACER UN TRATO DE ADULTO A ADULTO SOBRE LAS REGLAS FAMILIARES
Domingo 11 de Abril del 2010
Mayor de edad, vive con sus padres, tiene conflictos con ellos porque discrepan sobre sus horarios de regreso a casa los fines de semana, entre otros temas. ¿Le parece conocido el perfil? ¡Seguro! Lima está inundada de jóvenes que dependen económicamente de sus padres, pero viven en un eterno conflicto con ellos porque, por un lado, no quieren ser gobernados por papá y mamá y, por otra parte, papá y mamá quieren que se ciña a sus reglas. ¿Imposible negociar?
“Este tipo de jóvenes debe entender que el hecho de vivir en casa de sus padres implica regirse bajo ciertas normas. Así de simple. Por otro lado, también los padres deben entender que los tiempos han cambiado y, por eso mismo, mostrarse más flexibles, en la medida en que las conductas de sus hijos no caigan en excesos y no atenten contra los valores de la familia”, opina el psicólogo Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima.
La situación se pone más difícil cuando el joven trabaja y aporta a la economía familiar o sostiene el hogar él solo. En ese caso, se siente con más derecho a hacer de su vida lo que quiera y los padres se sienten menos capacitados para quejarse de ciertas conductas.
SENTÉMONOS A NEGOCIARPor eso Saravia remarca que es necesario conversar, pero no solo expresar ideas para que luego cada uno continúe aferrándose a sus creencias, sino con el fin de negociar. “Negociar implica encontrar un punto medio, establecer un contrato de adulto a adulto que implica un compromiso de ambas partes. En la medida en que la situación se haga insostenible, el joven tendría que evaluar una independización completa y, en caso de realizarse, que sea en los mejores términos, sin herir a nadie”.
EXCESO DE PROTECCIÓNPor su parte, el psicólogo Dante Jacobi observa que muchas veces el origen de estos desacuerdos puede estar en un exceso de protección, lo cual crea lazos de dependencia que no permiten formar personas autónomas ni proactivas. “Conforme los hijos crecen, hay que delegarles responsabilidades gradualmente, cada vez mayores. Al llegar a los 18 deberían tener un buen patrón de conducta. Hay que comunicarse siempre. Pero muchas veces la conversación se limita a la pregunta: ¿Qué tal te fue en el colegio?” y a la típica respuesta “bien”. Los padres necesitan conocer a sus hijos y confiar mutuamente”.
Lo ideal sería que los lazos comunicativos se formen en la niñez temprana y se mantengan siempre. Que los padres evolucionen con el tiempo, junto con sus hijos, de modo que conozcan su mundo y hagan cosas juntos. Así será más fácil que padres e hijos compartan un patrón de valores, que no se defrauden y lleguen a acuerdos con mayor facilidad.
Más allá de los pleitosLos padres deben construir espacios de diálogo con sus hijos.
Pensar que un joven va a regresar de una discoteca a las 2 de la mañana es irreal, porque las fiestas en Lima comienzan a las 12 de la noche.
Muchos jóvenes se quejan de que la mamá los llama constantemente cuando están en una reunión. Parte del contrato debería ser disminuir o erradicar esas llamadas. Parte del compromiso del joven debería ser llegar a la hora pactada o que avise si va a demorar.

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