viernes, 18 de junio de 2010

General







FILOSOFEMAS

El Día del Padre

Por: Francisco Miró Quesada C*
Viernes 18 de Junio del 2010

Cuando era niño, y ya ha pasado mucho tiempo desde esta inocente edad (aunque esta afirmación no se puede generalizar), el Día de la Madre se celebraba como debía hacerse: sin que interviniesen para nada aspectos comerciales.

La madre es la persona que nos trae el mundo después de nueve meses en que todo su ser está dedicado a nosotros. Por esto es imposible no venerarla.

Claro, en este extraño mundo en que nos ha tocado vivir, se presentan todos los casos posibles y hay personas, hombres y mujeres, que no valoran a sus madres y viceversa. Mas podemos asegurar sin peligro de equivocarnos que estos casos son más bien excepciones.

El lugar en que comenzó a celebrarse el Día de la Madre es difícil de establecer (algunos sostienen que fue en Inglaterra, pero esta tesis está lejos de ser demostrada).

Pero sí se sabe a ciencia cierta el año en que comenzó a celebrarse el Día del Padre. En 1966, el presidente estadounidense Lyndon Johnson firmó un decreto para establecer que el tercer domingo del mes junio debía celebrarse el Día del Padre .

¿Por qué tiene importancia la celebración del Día del Padre?

La razón nos parece provenir de la vida biológica de los mamíferos superiores.

El amor de la madre por sus hijos es un instinto. Lo vemos en todo tipo de mamífero.

La hembra amamanta a sus hijos desde que nacen hasta que pueden mantenerse en pie y buscar su subsistencia por sí mismos. Claro que este no es el caso de la mujer que después de que ha dejado de amamantar a su hijo o hija lo sigue amando durante toda su vida (no vale la pena hablar de las decepciones, ni de las traiciones, etc.).

En cambio, el comportamiento del macho entre los mamíferos superiores es muy diferente.

El macho cubre a la hembra impulsado por el instinto y después (con ciertas excepciones, pues siempre las hay, como las parejas de zorros) sigue su camino, sin importarle en lo más mínimo el destino de sus retoños. En algunos casos, como el león, por ejemplo, este quiere comerse a sus cachorros y la leona debe defenderlos de manera formidable para salvarlos.

Pues bien, respecto del hombre las cosas no son muy diferentes.

Es archisabido que muchos hombres después de tener un hijo o hija abandonan a la mujer que fecundaron y se desinteresan por completo de seres que contribuyeron a traer el mundo.

Pero hay otros que proceden de manera diferente. No solo se interesan, sino que dedican su vida entera a educarlos, a aconsejarlos e inducirlos a seguir la senda de la decencia y el bien. Es por ellos y para ellos que se celebra el Día del Padre. El decreto del presidente Johnson fue pensando en ellos.

Al comienzo, tanto el Día de la Madre como el Día del Padre no tenían nada que ver con lo económico. Pero desde hace ya muchos años, en ambas fechas, se suele intercambiar regalos. Muchos suelen criticar este hecho. Tal vez tienen razón. Mas yo prefiero no opinar.

Solo quiero terminar diciendo que los hombres que se comportan como los que acabamos de describir líneas arriba merecen disfrutar del Día del Padre rodeados de sus hijos e hijas.

(*) Codirector general

No hay comentarios: