jueves, 23 de septiembre de 2010

Ciencias, Ciencias Sociales






CENTENARIO DE LA HAZAÑA DE JORGE CHÁVEZ
Fue el primero en cruzar los Alpes en avión
Por: Héctor López Historiador
Jueves 23 de Setiembre del 2010
Hoy se conmemora el centenario de la notable hazaña de Jorge Chávez Dartnell, quien con un frágil avión monomotor, de madera, lona y cuerdas de piano, sin cabina, cruzó los Alpes por vez primera despegando de Briga (Suiza) para seguir la ruta del paso del Simplón, con el propósito de arribar a Milán, meta de la arriesgadísima prueba. Luego de haber vencido a las imponentes moles graníticas, se preparaba para aterrizar en Domodossola (Italia), donde debía tomar combustible para continuar hacia Milán. Le faltaban solo 20 metros para tocar tierra, cuando desgraciadamente las alas del avión Bleriot XI –que él había mandado construir con modificaciones apropiadas para ese vuelo– se desprendieron parcialmente y la máquina, fuera de control, cayó pesadamente a tierra donde Chávez tuvo que ser liberado de los restos de la aeronave con fracturas en las piernas y, sin duda, hemorragias internas que le produjeron la muerte cuatro días más tarde.
Sus padres, pertenecientes a familias limeñas de abolengo e importantes medios económicos, emigraron a París en 1884 y por eso el héroe y sus cinco hermanos nacieron en la capital de Francia, pero fueron inscritos en la legación peruana, razón por la cual eran peruanos legal y espiritualmente. Jorge Chávez, nacido el 11 de junio de 1887, tenía solo 23 años cuando realizó la hazaña que conmovió al mundo. Obtuvo el título de ingeniero en la Ecole d’Electricité et Mécanique Violet de París. Deportista desde niño, sintió viva atracción por la aeronáutica, que daba sus primeros pasos tanto en Europa como en Estados Unidos. Por eso estudió para convertirse en piloto aéreo en la Escuela de Henri Farman y obtuvo la licencia internacional Nº 32. Pertenecía, pues, a la pléyade de iniciadores de la aviación, que tuvo fulgurante desarrollo a lo largo del siglo XX.
La carrera aeronáutica de Chávez fue corta. La inicia el 5 de febrero de 1910 y concluyó el 23 de setiembre del mismo año. Las competencias en que participó fueron múltiples, arriesgadas y casi siempre triunfales. En todas, sentía el orgullo de ser peruano y lo decía y demostraba constantemente. Después de él muchos aviadores cruzaron los Alpes, pero Chávez fue el adalid, el primero que abrió camino en el aire venciendo turbulencias, intenso frío y desprovisto de los elementos tecnológicos que hoy posee hasta la más pequeña avioneta.
La hazaña y muerte de Jorge Chávez puso el nombre del Perú en las primeras planas de los diarios y revistas más importantes del mundo. Allí se reconocía el valor de un hombre inteligente y estudioso que se preparaba minuciosamente antes de intervenir en una competencia. Fue un ejemplo no solo como aviador sino también por su calidad humana, caballerosidad y espíritu religioso. En 1957 sus restos fueron repatriados desde Francia con los máximos honores tanto del país galo como del nuestro. Sus reliquias reposan en Las Palmas y son referente profesional y ético para quienes visten el honroso uniforme de la Fuerza Aérea.
Creo de justicia referirme al hermoso y erudito libro escrito por el mayor general FAP (r) Oscar Gregorio Gagliardi Kindlimann, como homenaje a Jorge Chávez en este patriótico centenario. El libro, de gran formato, pulcramente impreso, con fotografías inéditas y texto en cuatro idiomas: español, francés, inglés e italiano, es obra del Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas. El volumen es digno del centenario de esta trascendental efeméride que, ciertamente, tuvo repercusión mundial. Finalmente recordaremos las palabras de Francisco García Calderón Rey, en los funerales parisinos del héroe: “Chávez es, en el mundo de la inmortalidad, el hermano de Bolognesi, de Grau y de Ugarte; su sacrificio es una intensa prueba de la continuidad del heroísmo en el alma peruana”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario