miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ciencias Sociales








PUNTO DE VISTA

País rico, país pobre
Por: Jorge Medina* Contador
Miércoles 1 de Setiembre del 2010

¿Qué hace que un país sea catalogado como rico o pobre?


Tratemos de responder con dos casos. Primero China. Muchos estiman que en unas décadas más este país será la mayor potencia económica del planeta. China tiene más de la cuarta parte de las reservas internacionales del mundo y es el principal acreedor de Estados Unidos. ¿Diría usted que China es –o será– un país rico? Un caso más cercano: el Perú. Las reservas internacionales de nuestro país son 50% mayores a las de Chile y contamos con más recursos naturales que nuestros vecinos. ¿Quién cree que es más rico?

Que un país sea considerado rico depende de muchos factores, pero dos son fundamentales: En primer lugar, su nivel de competitividad y en segundo término lo que podríamos llamar los pilares ‘soft’ sobre los que sustenta su desarrollo sostenible. Es interesante notar que de los diez países más desarrollados del mundo, la mayoría son pequeños en tamaño y no cuentan con abundantes recursos naturales; sin embargo, son naciones prósperas y con altos niveles de calidad de vida.

¿Qué tienen en común?

Son los más competitivos del planeta y los de mejor índice de institucionalidad.

Varias naciones que participaron en guerras mundiales vieron literalmente destruidas sus economías e infraestructuras; sin embargo, en relativamente poco tiempo fueron capaces de reconstruirse y hoy son parte de los llamados países ricos. ¿Qué tendría que hacer el Perú, que ha avanzado bien macroeconómicamente, para llegar a ser un país rico? Focalizar en competitividad… y algo más.

Sentar las bases que hagan sostenible nuestra prosperidad requerirá desarrollar conductas y valores que permitan solidificar los cimientos de nuestra institucionalidad. Caso contrario será muy difícil combatir con éxito la corrupción, mejorar la seguridad ciudadana, reformar el Estado y la administración de justicia.

Esta cara ‘soft’ de la moneda, constituida por conducta y valores, es usualmente poco considerada; sin embargo, es fundamental si pretendemos mejorar en salud, educación e infraestructura, entre otros factores clave de competitividad.

La buena noticia es que el viento sopla a favor, dada la dinámica actual de nuestra economía. Solo nos hace falta mayor liderazgo para focalizar en lo que hace fuerte a una nación: sus valores.

(*) Country managing partner de Ernst & Young Perú

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