«La buena información que está oculta es inútil; la mala información que está fácilmente disponible es nefasta»
viernes, 24 de septiembre de 2010
Ciencias Sociales
PUNTO DE VISTA
Educación y trabajo infantil
Por: Fernando Fernández*
Viernes 24 de Setiembre del 2010
Mejorar la calidad educativa es prioridad del país, tal como lo reconoce el Proyecto Educativo Nacional. En el extranjero, los niños peruanos obtienen resultados malos en matemáticas y lenguaje. Aunque los maestros son vistos como los principales culpables, el problema no acaba ahí: el 80% de los padres de hogares pobres piensa que su educación ha sido inútil. Esta desilusión puede perjudicar el desempeño escolar a través de menor inversión en educación.
Argumentos teóricos (Card, 2004) y empíricos (Heckman, 2006) indican que adultos más hábiles obtienen mejores ingresos en el mercado laboral, pero no sabemos si esto se cumple en el nivel infantil. Evidencia del INEI (2007) muestra que el 42% de los niños trabaja.
Si la relación entre las horas de trabajo y la habilidad de los niños es positiva, las escuelas perderían a sus alumnos más hábiles. Así, se ven afectados los niños que trabajan y quienes no lo hacen.
Por un lado, literatura sobre trabajo infantil (Beegle, 2008) resalta que trabajar a temprana edad limita la acumulación de capital humano. Por el otro lado, estudios recientes (Carrell, 2010) señalan que la habilidad de los compañeros afecta el propio rendimiento académico. Por ende, los niños que siguen en la escuela son afectados porque sus pares más hábiles dejan las clases.
Evidencia preliminar sugiere que en zonas rurales del Perú los niños varones más hábiles trabajan más. Una posible explicación para esto es que el costo de oportunidad del niño por asistir exclusivamente al colegio es muy alto, es decir, el aporte económico del niño es esencial para las familias. Otra explicación es que los padres subestiman los beneficios futuros de la educación y eligen sacrificarlos ante la necesidad.
Es necesario entender las implicancias del trabajo infantil para mejorar la educación. Urge implementar campañas de difusión sobre los beneficios de la educación, como por ejemplo: cada año de estudios aumenta el salario mensual en 9%.
Finalmente, muchos niños empiezan a trabajar porque sufren la pérdida de un familiar o porque un desastre natural afecta la producción familiar. Ante esto, conviene impulsar la oferta de microseguros para reducir la vulnerabilidad de los hogares rurales.
(*) Investigador de la Universidad de Piura
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