viernes, 10 de septiembre de 2010

Ciencias Sociales








FILOSOFEMAS
Juan Ossio, flamante ministro de Cultura
Por: Francisco Miró Quesada C*
Viernes 10 de Setiembre del 2010
El presidente Alan García ha tenido un gran acierto al nombrar al reconocido intelectual Juan Ossio Acuña ministro de Cultura. Y este, a su vez, ha nombrado a Bernardo Roca Rey Miró Quesada como viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales y a Cecilia Bákula, directora del INC, como su asesora.
El Ministerio de Cultura integrará a seis instituciones: Instituto Nacional de Cultura, Biblioteca Nacional del Perú, Archivo General de la Nación, Instituto Nacional de Radio y Televisión Peruana, Instituto Mayor de la Lengua Quechua, e Instituto de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano.
¿Por qué el presidente ha elegido a Juan Ossio como ministro de Cultura? La razón es simple: porque es un antropólogo, de amplia cultura filosófica, que ha estudiado a fondo las diversas regiones de nuestro país. Es profesor de la Universidad Católica y ha publicado libros de gran importancia, como “Ideología mesiánica del mundo andino”, que muestra su profundo conocimiento de la actual situación cultural y espiritual del habitante del ande, “Familias campesinas y economía de mercado”, “Los indios del Perú” (Madrid), “Empresas mineras y poblaciones rurales”, “El Código de Murúa” (Madrid). También ha escrito unos 100 artículos en revistas especializadas, nacionales y extranjeras. Ha dado conferencias como profesor visitante en universidades de Estados Unidos y España. Y se ha graduado como PhD en Antropología en la Universidad de Oxford.
La importancia del Ministerio de Cultura es enorme. Porque lo que falta en nuestro país es precisamente información sobre temas fundamentales. Una persona ilustre, que se distinguió por su gran cultura y su espíritu de lucha por los más necesitados, dijo una verdad inconmovible: “La injusticia más grande de todas es la ignorancia”.
La pobreza predomina en el Perú. Y en gran parte ello se debe a la falta de información. En los últimos años ha habido algún progreso, pero es aún insuficiente. Si nuestras poblaciones pobres tuviesen suficiente cultura, simplemente no serían pobres. En las naciones desarrolladas la pobreza es mínima, y ello se debe a que sus habitantes han recibido una excelente educación. Pero, como suele suceder, la situación puede variar. La actual crisis económica norteamericana, que se ha extendido a casi todo el planeta, ha afectado prácticamente a casi todo el mundo. En la Unión Europea, cuyas naciones gozaban de una próspera economía, la crisis es ahora muy grave. Pero ya hay síntomas de recuperación, y dentro de un tiempo, no muy largo, se habrán recuperado.
Por esta razón el ministro de Cultura tendrá que enfrentarse a situaciones sumamente complicadas. Deberá esforzarse, con rapidez y eficiencia, para que las instituciones que abarca comiencen a funcionar de manera coordinada. Y como está integrado por seis instituciones, la tarea no será nada fácil.
Con la colaboración de los viceministros, y su asesora, tendrá que avanzar aceleradamente. Desde luego, todos los problemas que debe enfrentar son urgentes. Pero entre ellos el de la Biblioteca Nacional, reviste, en mi opinión, especial importancia. Esta institución es visitada por intelectuales que quieren consultar en los libros que ella les brinda diversos temas: publicar una novela, informarse sobre la historia de la poesía, escribir algún libro científico o investigar sobre la historia del arte, como la música, la pintura, la escultura y también del cine a través de su historia. Pero esto es insuficiente, porque el ideal es que personas no especializadas, pero que desean buscar información sobre algún punto que les interese, asistan a la Biblioteca Nacional. Nuestro pueblo lee poco, hay escasas librerías en la ciudad. Por otra parte, el precio de los libros es prohibitivo para las personas de pocos recursos. La Biblioteca Nacional es gratuita, y se puede encontrar en ella mucho más libros que en las mejores librerías de Lima.
Hacemos votos para que el Ministerio de Cultura tenga todo el éxito que merece y que el Gobierno lo apoye a fondo. El país necesita y exige este apoyo.
(*) Codirector general

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