Orientación y Consejería

HAGA ACTIVIDADES LÚDICAS CON SUS HIJOS
Jugar estimula el desarrollo
Miércoles 1 de Setiembre del 2010
Una caja de zapatos vacía puede ser para una persona adulta un material que se debe desechar, pero para un niño podría representar un objeto con el cual jugar por horas. ¿Por qué los niños se entretienen con cosas tan simples?
Jugar permite a los niños transformar cualquier elemento en algo que los transporta a un mundo simbólico donde todo es posible. El juego cumple un papel importante en el desarrollo de los niños, pues por medio de este, ellos conocen el mundo y lo representan creativamente. “Con el juego, el niño desarrolla diferentes áreas: psicomotriz, cognitiva y afectivo-social”, señala Amelia Tirado, psicóloga de la clínica de Inppares.
Al ser tan importante el juego en el desarrollo de los pequeños, los padres deben procurar estimular las actividades lúdicas de sus hijos desde el nacimiento, refiere Milena Miranda, psicoterapeuta del Centro de Investigación y Atención en Psicoterapia Latinoamericano (Ciapla).
“El juego debe ser estimulado desde que el niño nace y a lo largo de todo su crecimiento. Existen juegos apropiados para cada edad y acordes a las capacidades de los pequeños. Los bebes tienen diversas expresiones como sonidos, movimientos y gestos faciales que pueden servir para que se dé un intercambio lúdico entre padres e hijos. Cuando los padres observan e interactúan con sus hijos; por ejemplo, repitiendo los sonidos que emiten; ya están enseñándoles a jugar”, manifiesta Miranda.
Asimismo, la psicoterapeuta Adriana Origgi de la Flor indica que es beneficioso que los padres dejen al niño manifestar en su juego lo que él desea, sin intervenir ni imponer sus reglas, pero siempre cuidando que no se dañe a sí mismo.
PARA TENER EN CUENTADedique tiempoDedique tiempo para jugar con sus hijos. No le imponga actividades, pero sí trate de establecer algunas reglas básicas como la hora de término del juego. Por ejemplo, no sería adecuado jugar con su hijo hasta la 1 a.m.
Los juegos que implican movimiento (carreras, saltos, etc.) desarrollan en el niño el control, coordinación y equilibrio sobre su cuerpo. Asimismo, refuerzan la seguridad en sí mismos.
El juego permite a los niños manejar ciertas dificultades o temores. Un niño que teme a la oscuridad, por ejemplo, puede jugar al ‘apagón’ y, de esta manera, los personajes de su juego pueden enfrentar el miedo, lo que ayudará al niño cuando se enfrente a la situación real.