«La buena información que está oculta es inútil; la mala información que está fácilmente disponible es nefasta»
jueves, 14 de octubre de 2010
Ciencias Sociales
AGENDA PENDIENTE
El voto electrónico
Por: Raúl Ferrero Jurista
Jueves 14 de Octubre del 2010
Preocupa lo sucedido en el último proceso electoral en Lima, en que después de diez días de haberse producido la votación las entidades pertinentes no pueden anunciar un resultado oficial y se manifiesta que recién terminarán el conteo dentro de dos semanas.
Solamente en Lima se han observado actas que contienen un millón y medio de votos, siguiéndose las nuevas reglas establecidas por el JNE para garantizar la validez del sufragio popular.
Es decir, seguimos con un sistema de cómputo manual anticuado y ciertamente ineficiente, al punto que hasta hoy nadie puede afirmar con sustento técnico o legal si la nueva alcaldesa de Lima es Susana Villarán o Lourdes Flores Nano.
Curiosamente, el mismo día 3 de octubre se realizaron en Brasil las elecciones generales para elegir a su nuevo presidente de la República y, gracias al voto electrónico que se instaló años atrás, en menos de tres horas se tuvieron los resultados oficiales de la votación en todo el país, a pesar de que acudieron a las urnas veinte veces más votantes de los que asistieron en Lima.
El nivel de atraso de nuestro sistema de cómputo debe corregirse y dar paso a la modernidad, aplicándose el voto electrónico progresivamente.
A estas alturas, faltando seis meses para las elecciones generales, no será posible implementarlo para que se aplique en abril del 2011.
Pero sí es la oportunidad para que se establezca como plan piloto en ciertas regiones o lugares que se escojan para que se ponga en vigencia, de manera que con esa experiencia “en carne propia” se pueda luego extender, de manera que no se presenten dudas sobre el manejo del conteo de los votos, ya que las elecciones periódicas constituyen el mejor ejercicio de la verdadera vigencia del sistema democrático que debemos consolidar.
La importancia del acto electoral es inmensa, ya que en él se concreta la voluntad popular que es la que define qué autoridades se escogen para que asuman las responsabilidades de gobierno, ya sea municipal, regional o nacional.
A este respecto, el Congreso ha reaccionado rápidamente, aprobando un proyecto de ley que establece la aplicación gradual del voto electrónico. Sin embargo, el proyecto no ha sido bien recibido por el Poder Ejecutivo, que lo ha observado, por lo que deberá ser visto nuevamente por nuestros legisladores para ver si insisten o no en él.
Quienes prefieren esperar para su aplicación arguyen que todavía nuestra población no está preparada para votar frente a una máquina, y que además representa un costo presupuestal significativo.
La votación electrónica es sencilla. Cada candidato tiene su número. El elector aprieta la tecla del número de su candidato y aparece su fotografía, ante lo cual la máquina pregunta si el elector confirma ese voto. El elector entonces confirma o modifica su voto. El margen de error casi no existe.
Lo que se debe cuidar es de escoger un software que haya funcionado en otro país. Los resultados de las elecciones en las cuales se aplica el voto electrónico no son discutidos. Además, se pueden dar en pocas horas, lo que contribuye a generar confianza y a disipar las incertidumbres.
Si bien los organismos electorales no han sido cuestionados, léase, el JNE o la ONPE, lo que sí ha quedado claro es que el sistema que se aplica no permite conocer resultados prontos, lo que genera desconfianza y abre las puertas a la suspicacia.
Debemos ir progresivamente hacia el voto electrónico para que nadie dude de la validez de los resultados y así no se ponga en tela de juicio cuál ha sido la decisión del electorado al expresar su voluntad a través del sufragio.
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