lunes, 11 de octubre de 2010

General







GRAN AFICIONADO. Mario Vargas Llosa

El Nobel y los toros
EL LAUREADO NOVELISTA ES UN GRAN SEGUIDOR DE LA TAUROMAQUIA, A LA QUE CONSIDERA UN ARTE DIFÍCIL QUE CONQUISTA AL HOMBRE POR LAS EMOCIONES


Por: Bartolomé Puiggrós Planas


Lunes 11 de Octubre del 2010


A Mario Vargas Llosa, brillante escritor de 74 años de edad, con nacionalidad peruana y española, le han concedido el 7 de octubre del 2010 el Premio Nobel de Literatura por su cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo. Con más de 30 novelas escritas e infinidad de artículos, muchos taurinos, los trabajos de Vargas Llosa han sido traducidos a 31 idiomas, incluidos el chino, el croata, el judío y el hebreo. El premio lo encontró en Nueva York, en donde es profesor visitante este semestre en la Universidad de Princeton.


“El toreo es el arte más difícil de explicar porque, como la poesía o la música, no conquista al hombre a través de la razón, sino de las emociones”, dijo en el Pregón Taurino de Sevilla. Alguna vez ha declarado que la tauromaquia es algo que engancha con fibras muy sensibles. Se confiesa aficionado desde que tenía 7 u 8 años. “En la casa familiar había aprendido nociones sobre los tercios de la lidia, el sentido de la pica y las banderillas, los nombres de los pases, el peligro de los miura… Pero una cosa era la teoría y otra, muy distinta, vivir la fiesta en un estado de trance, emocionado hasta los tuétanos… de niño quería ser torero. Supongo que tomé esa resolución inquebrantable desde la primera novillada que presencié”.


Vargas Llosa definió el toreo como ciencia, arte, deporte y ceremonia. Fue su abuelo paterno, Pedro, quien le inculcó la afición cuando a los 9 años lo llevaba de la mano a la plaza de Cochabamba, la ciudad boliviana donde pasó su infancia. Con esa edad decidió que en lugar de ser aviador, sería el Manolete del Perú. “Pero no pasé de torear mesas, sillas, cabritas y a mis primas Gladys y Nancy”, dijo.


“La tauromaquia es algo que engancha con fibras muy sensibles, nos revela cosas sobre nosotros mismos: es un arte contaminado todo él por la belleza. Algunos de los recuerdos más ricos y hermosos de mi vida están unidos a los toros. No solo a las corridas: a todo el ritual, antes y después del espectáculo”.


Los que hacemos Toros y Toreros lo felicitamos efusivamente y nos enorgullecemos de que este insigne peruano, aficionado ilustre a nuestra fiesta nacional, haya sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura, pues escribe en castellano, al que por antonomasia se le llama también idioma español, que es en el que nos comunicamos más de 500 millones de personas en el mundo.

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