domingo, 10 de octubre de 2010

Religión, Ciencias Sociales






INTOLERANCIA RELIGIOSA

Cristianos son los más perseguidos
El 75% de las agresiones en el mundo se da contra creyentes en Cristo
Por: Erik Struyf Corresponsal


Domingo 10 de Octubre del 2010


BRUSELAS. Cada año millones de personas sufren acoso y persecución debido a su opción religiosa. En varios países donde los cristianos son minoría estos abusos son particularmente violentos. De acuerdo con Human Rights Watch, en Iraq, desde el 2004, unas 65 iglesias han sido atacadas. De los 850 mil cristianos que habitaban el país en 1991, en la actualidad no quedan más que 385 mil. También en India, Vietnam, Pakistán y Sudán miles sufren la marginación, el destierro y la violencia por creer en Cristo.

“Cada domingo cuando celebro la misa me pregunto si no será la última vez”, dice monseñor Louis Sako, arzobispo de Kirkuk, y su mirada parece perderse en dirección a los cientos de fieles que lo esperan en el convulsionado Iraq. Sako ha volado a Bruselas para participar en un seminario sobre las persecuciones de los cristianos. “Queremos vivir en paz, queremos quedarnos en las tierras de nuestros ancestros, profesando nuestra fe”, responde cuando le preguntamos de dónde toma tanto coraje. El prelado ha visto morir prácticamente entre sus brazos a tres sacerdotes y decenas de cristianos de su diócesis y ha presenciado de cerca la diáspora de cientos de miles.

Berthold Pelster, de la organización Kirche in Not (Ayuda a Iglesia Necesitada), nos explica las tendencias en las que se inscribe lo que ocurre en Iraq: “En el mundo hoy en día vemos por un lado países donde la opresión de las comunidades religiosas está cediendo paso a mayor tolerancia desde la caída del muro de Berlín. Es el caso de las otrora repúblicas soviéticas y también de China y Cuba, donde el Estado se acerca a las comunidades religiosas porque necesita de ellas. Por otro lado, se observa una tendencia contraria: países en los que la religión mayoritaria pretende imponerse como única. Es el caso de India, donde se busca un Estado homogéneo hinduista, y de muchos países islámicos que se están radicalizando, entre ellos Pakistán, Iraq, Irán y Sudán.

MANCHA DE LA INTOLERANCIA


De acuerdo con el Instituto Pew, en más de 60 países, casi un tercio del total, se registra un alto o muy alto grado de restricciones a las religiones. El hecho de que entre los países más intolerantes se cuentan los más poblados de la Tierra determina que casi el 70% de la población mundial viva confrontada a limitaciones de la libertad religiosa. “Algunas de las restricciones provienen de los gobiernos, las demás son el resultado de acciones hostiles de individuos, organizaciones y grupos sociales” , resume Brian J. Grim, investigador del Pew.

Las formas que adopta la intolerancia son variadas. Represión moderada se ejerce, por ejemplo, en países europeos. En Francia en los últimos años se ha acrecentado la discriminación hacia los practicantes del islam en vastos sectores de la población y han aumentado las prohibiciones de parte del gobierno (uso del velo y otros signos religiosos). En Grecia, solo la Iglesia Ortodoxa puede comprar y poseer propiedades. “En varios países europeos en los que se han destapado casos de pedofilia en la Iglesia Católica hemos sido testigos de una gran hostilidad por parte de los periodistas y los medios de comunicación”, ejemplifica Berthold Pelster, de Kirche in Not.

En el otro extremo de la paleta de la coerción están los países en los que el islam es el credo mayoritario. Allí se observan restricciones que van desde obstáculos a profesar y proclamar su fe, hasta la prohibición, confiscación y destrucción de lugares de culto, pasando por las conversiones forzadas o la interdicción de convertirse. La coerción se produce en diferentes grados: las peores sanciones a la transgresión religiosa se dan en Arabia Saudí, Irán y Pakistán. En países donde, además, se desarrollan conflictos o guerras, como Iraq, el listado de abusos es atroz: “Ante mis ojos han pasado matrimonios impuestos, usurpación de propiedades, ataques a lugares santos, violaciones, expulsiones y asesinatos”, enumera monseñor Sako.

EN LA MIRA


En el mar del acoso y la persecución religiosos varios estudios indican que los cristianos, la comunidad religiosa más numerosa, son los más afectados. Open Doors International calcula que al menos el 75% de todas las persecuciones religiosas en el mundo está dirigido contra cristianos. Entre mediados del 2006 y mediados del 2009 fueron acosados en 133 países (67% del total), de acuerdo con datos del Pew. “Estos datos son cuantitativos, dan una idea de la naturaleza global del fenómeno, pero no miden la severidad del acoso y la persecución”, aclara Grim.

Lo que ocurre en India y Sudán con los cristianos salta a la vista al observar el mapamundi de la intolerancia. En la democracia más grande del mundo, los cristianos representan solo el 2,34% de la población, pero al parecer incomodan a la mayoría hinduista. En 7 de los 28 estados que forman la India gobierna el Partido Bharatiya Janata. En otros cinco es un miembro de las coaliciones gobernantes. Esta agrupación política promueve la adopción de una ley anticonversiones para proteger la religión y cultura hindúes. De hecho, en 5 estados dicha ley se aplica. En el peor caso de violencia contra los cristianos de la India poscolonial ocurrido en agosto del 2008 en el estado de Orissa se produjeron incendios de iglesias, violaciones y asesinatos.

En Sudán, nación de mayoría islamista, la presencia de cristianos es masiva (alrededor del 30%). Sin embargo, desde 1962 en el norte del país, donde impera la Sharia, rige una ley que prohíbe la construcción de iglesias. “En todo Sudán, para ascender en la escala económica y social, es imperativo convertirse al islam”, se queja monseñor Eduard Hiiboro Kussala, obispo de la sureña Tombura-Yambio. El próximo año, después de décadas de conflictos religiosos e interétnicos, el sur podría escindirse del norte por referéndum.

Igualmente incierto es el futuro de los cristianos iraquíes. “EE.UU. debe ayudarnos a construir un futuro estable y pacífico. Fue lo que nos ofrecieron…”, opina monseñor Sako. Pero en ningún escenario este mártir contemporáneo del cristianismo está dispuesto a rendirse y abandonar su tierra: “La fuerza me la dan Dios y las centenas de creyentes que cada semana atiborran nuestra iglesia”.

No hay comentarios: