
ESTRENO. Vargas Llosa y “Las mil noches y una noche”
“Los cuentos son la semilla de la civilización”
ANTES DE ENFRENTARSE AL PÚBLICO, EL NOBEL REFLEXIONA SOBRE EL CUENTO, SUS RECUERDOS DE BAGDAD Y SU PASIÓN TEATRAL
Por: Enrique Planas
Lunes 21 de Febrero del 2011
Siempre sus viajes han nutrido o inspirado el proceso de escritura de sus obras. ¿Su viaje en el 2003 a Bagdad para conocer los efectos de la guerra tuvo algo que ver en “Las mil noches y una noche”?
Me parece que ya había escrito esta historia, por lo menos, una primera versión. Pero el Bagdad al que yo llegué no tenía nada que ver con el de “Las mil noches y una noche”. Era el Bagdad de las bombas, de los asesinatos, del terror, del ejército de ocupación, del calor más espantoso que yo haya podido sentir nunca.
¿Cuán parecido es el montaje local al que Joan Ollé llevó a escena en España?
Es muy interesante ver cómo la personalidad de los directores te cambian una obra. El de Joan Ollé era minimalista, privado, sumamente austero, casi una ceremonia secreta. En cambio, este es todo lo contrario. A Lucho [Llosa] le gusta el espectáculo, hay bailes, video, música. Incluso la actuación está diseñada con esa idea.
Usted ha dicho de esta obra que es, básicamente, un homenaje al cuento. ¿Para un novelista como usted, cuál es su relación con el cuento como género?
El cuento es la semilla, el género original, con el que nace la literatura. Las novelas llegaron mucho después, cuando aparece una vida urbana, como un crecimiento del cuento. No existe civilización en la historia que no tenga cuentos, los cuales además se pierden en la noche de los tiempos.
¿Y qué encuentra en el teatro que no le da la novela?
El teatro es el género literario que se acerca más a la vida. En un escenario, los actores viven una vida de ficción, sin intermediarios. Durante el tiempo que dura la obra, no eres otro sino el personaje que encarnas. Yo creo que la obra de teatro es lo que más se acerca a la vida siendo ficción. Quizá por eso me fascina tanto. No hay nada que te dé esa sensación de autenticidad como cuando una función está bien lograda.
Además de una obra de teatro, “Las mil noches y una noche” es toda una antología. ¿Por qué eligió las historias menos conocidas del libro? ¿No sintió la tentación de que Simbad asomara por algún lado?
Básicamente, para sentirme más libre. Si hubiera escrito la historia de Simbad el marino o de Alí Babá y los 40 ladrones no podría hacer otra cosa que reproducirlas. En cambio, la historia del príncipe Kamar y la princesa Budur, que nadie ahora recuerda, me daba un margen para hacer muchas innovaciones.
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