miércoles, 2 de marzo de 2011

Orientación y Consejería






APROVECHE SU EXPERIENCIA DE VIDA

Padres después de los cuarenta


Miércoles 2 de Marzo del 2011

Hoy en día se ven parejas convertidas en padres después de los 40 años, ya sean primerizas o después de haber tenido hijos. La diferencia de edades brinda características especiales a la relación entre padres e hijos y quizá surja la duda de si existen más dificultades para estas parejas en la crianza en comparación con otras más jóvenes.

“Las dificultades que pueden surgir suelen ser de poca relevancia. Normalmente, en estas situaciones, la llegada de un hijo es esperada desde hace tiempo, en el caso de primerizos; o es aceptada con naturalidad en el caso de parejas con hijos”, explica Gabriela Cossi, psicóloga de la clínica Internacional.


Aunque la edad de los padres puede determinar ciertos comportamientos con respecto a la crianza –agrega Cossi–, será la educación y las experiencias de vida de cada persona, independientemente de su edad, las que finalmente entren en juego en la paternidad.

“Pueden existir dificultades como cansancio o estrés en un primer momento, pero luego se habitúan y siguen el ritmo de la situación. El amor y la motivación de sentir la paternidad pueden superar cualquier dificultad que se presente”, señala Cossi.

Contrario a lo que se puede pensar, la edad de los padres se puede aprovechar positivamente en la crianza y no debería ser un obstáculo. “Estas personas, por lo general, ya tienen mayor madurez y han dejado de preocuparse por cosas intrascendentes; son más seguras de sí mismas y son consecuentes con sus principios y valores, pues han superado la etapa de experimentación intensa”, refiere la psicoterapeuta Carmen Vásquez de Velasco.

Los padres maduros muestran más tranquilidad emocional para adaptarse a imprevistos que surgen en la crianza y para afrontar conflictos por situaciones sencillas que pueden resolverse con tranquilidad, explica Vásquez.


PUNTO DE VISTA


Madurez y experiencia


Por lo general las personas a los 40 son más seguras de sí mismas y más estables que diez años atrás. Sin embargo, el estado físico ya no es el mismo y esto puede limitar actividades como corretear con su hijo pequeño o acompañar a un adolescente lleno de energía. Si bien existen algunas desventajas, un padre a los 40 ya está más cuajado, por lo tanto, su vida está más planificada; goza de estabilidad económica y sus decisiones son más pensadas. Siendo así, el hijo disfrutará de padres capaces de organizarse mejor para él, brindarle un espacio físico y mental con menos presiones que las que habría tenido años atrás. Un padre con conocimientos de vida y experiencia, y con más paciencia.


RODNEY WARTHON. Psicólogo especialista en niños y adolescentes

PARA TENER EN CUENTA


Evite sobreproteger


En muchos casos, el deseo postergado de ser padres por diversas causas puede condicionar algunas actitudes como la sobreprotección (los padres pretenden tener a los hijos en una urna de cristal para evitar que puedan sufrir o ser dañados). Mantener esta actitud puede generar en los chicos inseguridad y dificultad para enfrentar situaciones nuevas, problemas de adaptación en la escuela, entre otros, explica la psicóloga Gabriela Cossi.

La psicoterapeuta Carmen Vásquez de Velasco indica que es posible que el padre o la madre se sientan incómodos en situaciones o lugares donde hay niños de la misma edad que su hijo o hija, pero con padres más jóvenes. Sin embargo, recuerde que lo más importante es el vínculo que se genere con sus hijos. La integración con ellos se da por personalidad, gustos comunes, actividades que se comparten, etc.

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