«La buena información que está oculta es inútil; la mala información que está fácilmente disponible es nefasta»
jueves, 14 de abril de 2011
Ciencias
PUNTO DE VISTA
A propósito de energía nuclear
Por: Virginia Rosas Analista Internacional
Jueves 14 de Abril del 2011
Una encuesta publicada hace un año y medio por la revista británica “The Economist” indicaba que el 44% de los habitantes de la Unión Europea apoyaba la producción de electricidad con energía nuclear porque se trata de un combustible más barato, más limpio y cuya obtención depende del uranio, que –a diferencia del petróleo y otros combustibles fósiles que se encuentran en zonas de conflicto– es fácil de hallar en cualquier región del planeta.
La misma opinión tiene Patrick Moore, uno de los fundadores de la ONG ecologista Greenpeace, que se enemistó para siempre con sus antiguos camaradas ecologistas por sostener que “la energía nuclear es el combustible del futuro, limpio, seguro y la única forma de deshacernos de los combustibles fósiles”.
El accidente en la central nuclear de Fukushima 1 ha avivado los viejos temores de cuando, hace más de dos décadas, un reactor de la central de Chernóbil explotó y liberó una nube que contenía 500 veces más material radiactivo que la bomba de Hiroshima y cuyos estragos son hasta ahora difíciles de calcular.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tan bajo de popularidad en estos tiempos en que la extrema derecha ha tomado la delantera en su país, no dudó en llamar apocalipsis a lo que sucedía en Japón, olvidando tal vez que Francia obtiene el 76,18% de su electricidad gracias a sus centrales nucleares y que es, luego de Estados Unidos, el segundo país en el mundo en utilizar energía atómica.
Tampoco recordó el mandatario galo cuánta contaminación han dejado en el Océano Pacífico las bombas atómicas ‘de ensayo’ que Francia ha hecho estallar en el atolón de Mururoa.
Por supuesto que el desastre de Fukushima 1, tanto como el terremoto y tsunami que lo ocasionaron, ha sido una tragedia para el Japón que ha puesto nuevamente en cuestión la pertinencia de la utilización de la energía nuclear, justo en un momento en que se disipaba el fantasma de Chernóbil y países como Italia y Gran Bretaña se aprestaban a poner en marcha nuevas centrales atómicas que les permitieran prescindir un tanto del petróleo, que comenzará a escasear en el futuro próximo debido a los conflictos que se viven en el Medio Oriente y en un futuro más lejano, simplemente porque se acabará.
¿Qué hacer entonces? ¿Renunciar a la energía nuclear como combustible y seguir dependiendo de los combustibles fósiles cada vez más escasos, caros y peligrosos para la capa de ozono de la Tierra?
En vez del trato sensacionalista y hasta descabellado que este tema ha recibido en algunos medios, se impone una reflexión objetiva y desapasionada que permita evaluar con precisión los daños, gastos, desastres y beneficios que una u otra opción pueda acarrearle al planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario