Mi Hogar, 17 de abril del 2011
EVITE EL EXCESO DE DEPENDENCIA EN SU NIÑO
Cuando no quieren dormir solos
Lunes 18 de Abril del 2011
A muchos niños les gusta dormir con sus padres porque su compañía les ofrece calidez, seguridad y protección. ¿Pero qué pasa cuando el menor se niega a dormir en su propia habitación?
Por lo general, explica la psicoterapeuta psicoanalítica Graciela Cardó, se trata de problemas relacionados al exceso de dependencia en el menor, lo que genera inmadurez en el desarrollo. “Por ello se aferran a sus padres y evidencian dificultades para soportar la separación que significa ir a su propia cama”, explica.
Para fortalecer la autonomía del niño, sin alterar su descanso y el de sus padres, es importante acostumbrarlo a dormir solo a una temprana edad. “Pasada la etapa de lactancia, cuando el menor tiene más de un año y su sueño es más tranquilo y prolongado, puede dormir en su propia habitación”, señala Estela Montenegro, psicóloga de la Universidad Cayetano Heredia.
Cuanto más tarde intente que su hijo duerma solo, más difícil será, pues el dormir es un hábito que se va formando con la constancia, la regularidad de horarios y los estímulos”, aclara Cardó.
Que el menor no pueda conciliar el sueño solo generalmente es temporal. Pero si estos episodios se vuelven una constante, solo podrán ser solucionados identificando las causas.
La especialista advierte, sin embargo, que tampoco es conveniente adoptar una actitud excesivamente rígida. “Recuerde que tarde o temprano se acostumbrarán a dormir solos”, agrega.
Si bien los problemas de sueño son frecuentes entre los 3 y 6 años, si estos persisten posteriormente, no descarte la existencia de algún trastorno más complejo que requerirá atención especializada, señala Montenegro.
PARA TENER EN CUENTA
Adaptación
Cardó señala que el ambiente debe ser el adecuado para conciliar el sueño. Revise que la habitación sea cómoda y no presente estímulos que interrumpan el proceso de ir a la cama. En ello también influirá el nivel de cansancio del niño.
Hágale entender que puede dormir solo, que tiene la capacidad para ello. Esto, sin embargo, no se logrará si permite que el niño, en caso de que despertara a medianoche, se pase a la cama de sus progenitores.
Si el niño expresa o evidencia sentir miedo, hay que respetar ese sentimiento y facilitar su adaptación progresiva con muestras de afecto, aclara la psicóloga Estela Montenegro.
Cuando los padres opten por que el menor duerma solo, deben organizarse para acompañarlo a la hora de acostarlo. Montenegro opina que ceder en una ocasión rompe el proceso de habituación.
PUNTO DE VISTA
Un ritual para acostarlo
Por: Hugo Valdizán*
Lunes 18 de Abril del 2011
Conforme el niño va creciendo y adquiriendo el lenguaje, se van complicando los momentos de iniciar el sueño. Los pequeños se vuelven demandantes y necesitan que les canten o que duerman con ellos. No obstante, los padres deben entender que los niños deben, como la adquisición de cualquier otro hábito, aprender a dormir solos.
Es importante crear un ritual y un horario para acostarse, el cual se convierta en un momento para compartir. Empiece con el aseo y continúe con alguna canción o un cuento. Hay que informarle sobre el tiempo que le queda antes de irse a dormir. También se le puede dar algún muñeco, el cual se le irá retirando luego gradualmente.
(*) Psiquiatra infantil del otrora Hospital del Niño
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