EFECTOS CONDUCTUALES Y COGNITIVOS
El impacto de los videojuegos
Los videojuegos se han convertido en una de las formas más comunes de jugar e interactuar de los niños y adolescentes; y, como cualquier otro estímulo, tienen un impacto en el modo como se percibe la realidad.
“La velocidad con que se implementan los nuevos juegos y las nuevas tecnologías impacta en la imagen del padre, y en muchos casos la desidealización de los padres se ve adelantada; el padre deja de ser ‘papá lo sabe todo’ para convertirse en ‘aprendiz del hijo’, pues este ha nacido con un lenguaje digital”, explica César Estrella, presidente de la Asociación Peruana de Psicoterapia Psicoanalítica de Niños y Adolescentes (Apppna).
Además de reducir el interés por otras actividades y contribuir al sedentarismo, debido al escaso movimiento físico, la mayoría de videojuegos promueve la satisfacción inmediata y la omnipotencia, lo que genera escasa tolerancia a la frustración, añade.
Debido a sus imágenes y tramas, en muchos casos, los videojuegos violentos (preferidos por los varones) incrementan las manifestaciones de agresividad. “Los niños no siempre logran distinguir entre lo bueno y lo malo, y pueden intentar replicar situaciones que vieron con total normalidad dentro de un videojuego”, refiere Ángela Ramos, psicóloga de Psicotrec. Sin embargo, estas manifestaciones se diluyen al poco tiempo, aclara Estrella.
Sin embargo, estudios recientes señalan las ventajas que tienen los videojuegos en términos cognitivos. “Permiten que los niños logren desarrollar una serie de destrezas que los ayudarán a enfrentar de forma más efectiva las exigencias escolares a nivel cognitivo: mejoran su razonamiento, coordinación visomotora, capacidad de atención y concentración”, señala Ramos.
PARA TENER EN CUENTA
El rol de los padres
Aunque los niños pueden recibir mensajes erróneos de moral confusa o prácticas antisociales con los videojuegos, son los padres quienes deben guiar y reorientar esos mensajes, indica la psicóloga Ángela Ramos.
El rol de los padres
Aunque los niños pueden recibir mensajes erróneos de moral confusa o prácticas antisociales con los videojuegos, son los padres quienes deben guiar y reorientar esos mensajes, indica la psicóloga Ángela Ramos.
“También es importante mantener dentro del hogar un espacio de relaciones sanas y de permanente comunicación, y tratar de participar de los juegos de sus hijos”, añade la especialista.
El psicólogo César Estrella recomienda dosificar el tiempo de juego. “Lo óptimo es que el niño juegue por un máximo de dos horas al día, y que intercale esta actividad con otros juegos u otra forma de interacción con sus amigos o hermanos”, refiere.
PUNTO DE VISTA
Fije horarios y reglas claras
Por: Jorge Arnado Marciani*
Hablar de adicción a los videojuegos es relativamente nuevo; sin embargo, se han reportado casos de adolescentes y jóvenes con este mal.
Algunos indicadores son: programar un tiempo para jugar y excederse continuamente, jugar todos los días, problemas escolares, haber querido dejar esta actividad en varias ocasiones sin éxito, reducción de las relaciones cara a cara.
Frente a los factores de enganche que ofrecen estos juegos –competitividad (con otros individuos a través de la red) e interacción (el niño es protagonista)–, los padres deben fijar horarios, reglas y sanciones, pues sin una supervisión adecuada pueden convertirse en un problema.
(*) Psicólogo de Cedro
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