FILOSOFEMAS
El viaje del Parlamento a Ica
Por: Francisco Miró Quesada C Director general
Como he mencionado, el viaje de los congresistas a otro departamento, en este caso Ica, no tiene antecedentes, aunque durante el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry hubo algo parecido (bastante más limitado, pues la oposición tenía mayoría, detestaba al presidente y bloqueaba todas sus iniciativas). Belaunde, sin embargo, hacía reuniones con el pueblo en las que asistía su Gabinete en pleno. El éxito era formidable. La gente se sentía profundamente halagada y siempre, cuando terminaba la sesión, agradecía el gesto de este acto de acercamiento, lo que, por supuesto, causaba más odio en la oposición.
En el caso actual veamos las ventajas y desventajas que pueden derivarse de este masivo viaje parlamentario a Ica.
Una desventaja es el alto costo: primero se dijo que costaría trescientos mil soles, luego se logró bajar la cifra a cerca de doscientos mil. Son montos altos, pero si el viaje es exitoso habrá sido una buena inversión. La labor es ardua, pues Ica no es pequeña y tiene varios pedidos. Los congresistas se organizaron por grupos y cada grupo fue a una localidad distinta para analizar sus problemas y buscarles solución. Al interior de cada grupo se tendrá que alcanzar consenso sobre cómo atender a los angustiados pobladores de Ica, que sufrieron pérdidas tremendas por el terrible terremoto que los asoló hace cuatro años. Los pobladores esperan soluciones y si no se las brindan, quedarán desconcertados, sentirán que el viaje congresal que les despertó grandes expectativas fue un fracaso. Hay dos posibilidades: que el desacuerdo dentro de cada grupo sea pequeño y logren ponerse de acuerdo prontamente; o que se demoren en hacerlo, pero que terminen alcanzando el consenso. En caso de que no lleguen a acuerdos, el desencanto de la población será enorme.
Habrá que esperar para saber si los resultados del viaje fueron buenos, regulares o malos. Si han sido buenos, habrá valido la pena el gasto invertido, porque la población verá que el Congreso realmente se preocupa y ocupa.
Supongamos que los resultados sean mediocres, me inclinaría entonces a pensar que no valió la pena el gasto ni la movilización de tantas personas. Y qué decir si los resultados son malos, el viaje habrá sido un absurdo y el Parlamento sufrirá un grave revés.
Por el bien del Perú, deseo que la inédita experiencia parlamentaria sea un éxito.
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