viernes, 14 de octubre de 2011

Orientación y Consejería







CUENTOS CHINOS

Una computadora reinició la vida de una mujer de la tercera edad

Por: Patricia Castro Obando Corresponsal En Beijing
Viernes 14 de Octubre del 2011
En el 2005, la maestra Zhang Xiuli recibió su primera computadora el día en que se jubiló, a los 70 años. Se la regaló su hija que sabía de su interés por experimentar cosas nuevas.
Fue en una cabina de Internet donde Zhang tomó sus primeras clases, tras convencer al dueño que necesitaba aprender. Le costó 100 yuanes (15 dólares) y diez días manejar los conceptos básicos. El dueño le instaló el popular servicio QQ (el messenger chino).
Zhang se demoraba casi un minuto para terminar de escribir un par de palabras. Allí descubrió la fascinación de los niños y los adolescentes por los juegos en línea. Algunos, huían de sus problemas a través de Internet.
En los siguientes dos años, mientras se aventuraba en la red, siguió un curso de capacitación y se convirtió en consejera certificada para jóvenes. Ya había cumplido 72 años cuando recibió su diploma.
“A estos muchachos hay que enseñarles como a ellos les gusta aprender”, concluyó Zhang. Abrió una consultoría gratuita en línea a través de cuentas para chatear en QQ.
“Encender mi computadora es como abrir la puerta del salón de clases”, explica a los medios locales. Cada noche se conecta desde su casa, en la provincia de Henan, para escuchar los casos de sus alumnos virtuales. Cada mañana se dedica a actualizar su blog con posts sobre educación para jóvenes.
A sus 76 años, Zhang tiene 18 cuentas personales, más de 4.000 contactos y una audiencia calculada en 130.000 personas. Su seudónimo es ‘abuelita QQ’.
Zhang admite que todavía escribe con lentitud. “Pero ellos esperan con paciencia, quizás porque saben que yo los escucho con verdadera atención”, afirma.
La relación se basa en una profunda confianza que se alcanza después de una larga comunicación. La mayor parte de sus estudiantes tiene problemas relacionados con las crisis matrimoniales de sus padres y el tránsito de la escuela a la universidad.
“La primera regla es respetar a los jóvenes”, subraya Zhang en su blog. “No me importa si los niños han hecho algo malo o incluso si dicen malas palabras. El 99 por ciento de ellos son buenos por naturaleza, pero necesitan ser guiados cuando enfrentan contratiempos en la vida”, destaca.
Tal ha sido su éxito que algunos de estos jóvenes han viajado con sus padres hasta la provincia de Henan solo para conocerla. Ahora Zhang también brinda asesoría a los progenitores de adolescentes con problemas de conducta.
Pero la fama también le está creando algunos inconvenientes. Son tantos los que piden consejo en Internet que no tiene tiempo suficiente para atenderlos. “Abuelita, no me ignores”, le ruegan sus nuevos contactos.

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