Conflictos sociales: ¿Cuál debería ser la estrategia del gobierno de Humala?
En diálogo con elcomercio.pe, especialistas en la materia arribaron a importantes recomendaciones

Redacción online
Hasta el momento, el gobierno de Ollanta Humala ha enfrentado protestas y paros en el marco de tres conflictos socioambientales principalmente por actividades mineras en Áncash, Cajamarca y Apurímac.
En el primer caso se llegaron a acuerdos con los manifestantes. En el segundo, los pobladores lograron en un primer momento entenderse con Yanacocha; pero recientemente han anunciado que desde el 24 realizarán una huelga indefinida en Cajamarca, Bambamarca, San Marcos y Celendín contra Minas Conga. Mientras tanto, el panorama en Andahuaylas y Chincheros mejora de a pocos.
De igual forma, en Ayacucho, pobladores del distrito huamanguino de Vinchos se enfrentaron a la Policía como parte de su protesta contra Perú LNG, al que acusan de afectar sus tierras con la construcción del gasoducto del proyecto Camisea II.
Al actual régimen le queda mucho tiempo aún, es por ello que tomando en cuenta el largo trecho y experiencias de gobiernos pasados, cabe preguntarse cuál debería ser la estrategia para solucionar la problemática en Andahuaylas y evitar futuros conflictos sociales, o manejarlos adecuadamente cuando ya hayan explotado. A continuación, algunas recomendaciones.
RESCATAR EL VALOR DEL DIÁLOGO
En diálogo con elcomercio.pe, la especialista en prevención y gestión de conflictos, Marlene Anchante, sostuvo hay tres frentes de acción en cuanto a causas. Un error de los anteriores gobiernos es que han respondido a partir de las inmediatas, es decir luego de actos violentos, como bloqueos de carreteras, y no han tenido una estrategia integral.
Es por ello que también es necesario responder ante las causas intermedias y estructurales, que básicamente tienen un fin preventivo. Las primeras, explicó, se refieren a la construcción de relaciones positivas entre empresas y comunidades, con información clara y sin ambigüedades. En este sentido, resaltó la importancia de la Ley de Consulta Previa. Las segundas apuntan a atender las expectativas de las poblaciones o en caso no se cumpla con promesas, sincerarse. Y todo lo anterior se engloba en “rescatar el diálogo, porque está perdiendo valor”.
Para la también especialista en análisis y manejo de conflictos sociales, Giselle Huamaní, el Gobierno también se debe incluir en el campo del diálogo a largo plazo el seguimiento o monitoreo de problemáticas presentadas en el quinquenio anterior con el fin de identificar los asuntos y las agendas pendientes.
MEJOR RELACIÓN CON LA COMUNIDAD
Anchante Rullé también hizo hincapié en que tiene que haber un trabajo conjunto con las empresas con las que los pobladores estén en conflicto (por ejemplo las mineras) para que los malestares vayan disminuyendo.
A las empresas “les toca hacer un trabajo relacionamiento comunitario basado en dos valores principales: el respeto a la población y el reconocimiento de lo que ellos piden”, expresó.
El impulso del gobierno en este ámbito también es vital, pero en base a un orden y sabiendo cómo actuará. “El conflicto de Andahuaylas ha estado como cinco o siete días y nadie la hacía caso. El estado no ha desarrollado todavía la política y los procesos adecuados para poder ordenar su intervención en estos diferentes tipos de situaciones”, acotó por su parte Huamaní Ober.
DISCURSO SINCERO Y NEUTRO
En las anteriores campañas presidenciales y en su rol de líder opositor en el gobierno aprista, a Ollanta Humala y a militantes del Partido Nacionalista Peruano se les vio respaldando y justificando algunas protestas sociales en provincias junto a un “sector radical que ahora lo está confrontando”.
“El presidente y su equipo tendrán que ser sinceros en plantear qué es lo que han encontrado siendo ahora gobierno. Una cosas es ser candidato y otra gobierno”, recalcó Anchante.
Mientras tanto, Huamaní insta a las autoridades centrales a actuar de manera neutral y ser un facilitador. “No puede abogar por las empresas ni por las comunidades, sino por un proceso que sea transparente”, dijo.
MAYOR COORDINACIÓN ENTRE AUTORIDADES
Los tres niveles de gobierno en el Perú (central, regional y municipal) no están articulados en la manera que entienden los conflictos sociales, en las estrategias que plantean para resolverlos y tampoco en su visión de desarrollo.
“Hay un conflicto entre ellos mismos de cómo el Perú va a alcanzar el desarrollo. Necesitamos que en esos tres niveles de gobierno también se sienten a dialogar”, así como quieren que la población dialogue, exhortó Anchante.
Y aunque Guiselle Huamaní apuntó que la descoordinación también se da en las mismas comunidades y en el sector privado, “en el gobierno, como tienen un rol tan importante que cumplir, la descoordinación tiene mayores impactos, implicancias”.
DIFERENCIAR INTERESES
Dentro de cada conflicto hay diversos intereses, por supuesto los legítimos colectivos, y otros, según se denuncia, particulares. Para Anchante, estos deben diferenciarse.
Sin embargo, Huamaní considera que los señalamientos de intereses particulares a veces no tienen fundamento y en realidad buscan deslegitimar la protesta cuando existen objetivos legítimos. “El desafío, en realidad, es cómo visibilizas esos intereses para que todos los actores estén conscientes de ellos”, manifestó, agregando que se debe dejar el “juego político”.
EVALUACIÓN DE HERRAMIENTAS
Anchante subraya que hay herramientas de diálogo y resolución de conflictos que no pueden usarse de manera similar en cada caso concreto. Por ejemplo, las llamadas mesas de diálogo funcionaron en Áncash y Cajamarca; pero no así en Andahuaylas, como vemos actualmente.
“Eso genera algo muy importante, la herramienta pierde credibilidad. Tienen que evaluar en qué zonas la herramienta de la mesa de diálogo todavía tiene credibilidad y legitimidad como para usarla. Hay zonas en las que ya no”, expresó.
Un término más exacto que apuntó Huamaní es el de “negociación”, que es lo que en realidad se está dando. Las mesas de diálogo se están desgastando y generando confusión: “Quizá con el nombre de mesa de trabajo sobre determinadas temáticas se podría ayudar a tener claro cuándo solamente están haciendo un análisis de la problemática y cuándo sí están negociando, que es distinto”.
BUSCAR ALIADOS LOCALES
En cuanto a los actores del conflicto hay personas o grupos en disputa en donde, más allá de un ámbito confrontacional, también se pueden encontrar “aliados locales para poder encontrar las mejores condiciones del diálogo”, recomendó Anchante.
En la misma línea, Huamaní recomendó identificar adecuadamente a esos aliados para coordinar con ellos y complementar las condiciones para el diálogo que permitan acercar a los actores y generar confianza.
DISCUCIÓN TÉCNICA
Aparte de la importancia de las acciones y gestos políticos, Huamaní consideró importante que exista también una discusión técnica que no se confunda con la política. Deben diferenciarse los escenarios para ambas.
“Se puede o no se puede, cuáles son los costos, impactos; pero verlos desde una visión objetiva, imparcial, técnica y neutral”, añadió.
SEÑALES A FAVOR DE INVERSIONES
En el marco de su reunión en la APEC con el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, el presidente Humala reiteró que su gobierno hace todos los esfuerzos para garantizar la paz social a partir de las tareas para solucionar el problema de la pobreza en el país.
Justamente, Anchante consideró importante esos y otros gestos más concretos, pues en el futuro se debería de continuar dando la garantía respectiva: “Es importante que dé señales de que va a respetar las inversiones en el país y de que los ciudadanos podemos estar tranquilos en que va a saber contener adecuadamente la violencia desmedida”.
Sin embargo, para Huamaní se estarían enviando señales de inseguridad si se dan beneficios al sector privado y después otros a los sectores sociales, lo que trae mayores complicaciones.
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