CLIMA DE TENSIÓN
Los problemas de vivir con la ex pareja
El fin de una relación de pareja puede generar diversas consecuencias negativas, pero seguir viviendo juntos cuando el lazo se rompió puede empeorar la situación. Según la psicóloga Adhara Ampuero, la salida más saludable es que ambas partes busquen su propia independencia a pesar del impacto económico o social que puede significar el fin de la vida conyugal.En estas circunstancias, muchas veces se prioriza el factor económico, sobre todo si el matrimonio tiene hijos pequeños. Dejar el hogar y establecerse en otra residencia implica gastar más dinero en dos espacios distintos, por lo que podría elegirse continuar con la convivencia a pesar del clima de tensión que pueda generarse bajo el mismo techo.
“Lo más saludable para todos los integrantes de la familia es que se separen y se establezcan en diferentes lugares. Esto permitirá que ambas personas puedan reanudar su vida y los hijos se adapten al nuevo ordenamiento familiar”, recomienda la psicóloga. Si se prioriza la economía a la estabilidad emocional, las discusiones pueden continuar, lo que afectará a la pareja y a los hijos a un nivel más profundo.
Otra excusa utilizada al momento de tomar como decisión el continuar con la convivencia a pesar del fin del matrimonio es la presión social. Muchas veces la pareja trata de mantener las apariencias ante sus amigos o familiares, e intenta proyectar la imagen de un hogar estable para evitar dar explicaciones o perder su estatus. Ello puede ser desgastante, ya que es una situación de tensión permanente.
Si junto con las diferencias que la pareja no pudo superar, las peleas continúan o empeoran, la convivencia familiar puede ser insostenible para todos. Por esto, se recomienda afrontar con madurez la separación, lo cual implica enfrentar la situación, asumir la dificultad del proceso de adaptación y establecer límites claros.
PUNTO DE VISTA
Los hijos son los perjudicados
Es recomendable que los hijos de un matrimonio en proceso de separación tengan las cosas claras. Ellos necesitan tener la certeza de que la convivencia continuará o de que una de las partes abandonará el hogar. Si para los adultos puede ser confuso saber cómo actuar en esta situación, para los niños más pequeños la dificultad es mayor, ya que no comprenderán por qué sus padres siempre se pelean y por qué ese enojo termina alcanzándolos a ellos.
Por eso se aconseja a los padres que tomen una decisión clara sobre su matrimonio para desenvolverse adecuadamente ante la separación y conversar con sus hijos, para evitar que se sientan responsables de la ruptura.
NELLY CHONG. Terapeuta familiar y de pareja
No hay comentarios:
Publicar un comentario