jueves, 1 de diciembre de 2011

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA

La real ‘poli-tuit’ peruana

Por: Gabriel Ortiz de Zevallos Economista
Jueves 1 de Diciembre del 2011
Una ‘tuiteadera’ entre asesores políticos de alto nivel mostró cómo esta herramienta puede controlar al usuario. Comunicacionalmente surge una pregunta de fondo: ¿se puede gobernar situaciones complejas con funcionarios y asesores ‘tuiteando’ sus divergencias como mejor les parezca? En la ‘real politik’ peruana (conflictos sociales, desconfianza, instituciones débiles), los gobiernos requieren reflexión, negociaciones y procesos de decisión que requieren tiempo y discreción: ‘tuitear’ sin medida ni clemencia no ayuda.
Desde antes de la toma de mando, distintos sectores del Gobierno han ‘tuiteado’ sus disputas. Ventilar tan a la ligera sus pugnas podría considerarse una falta de discreción o lealtad incompatible con la confianza indispensable para ser autoridad, pero lo que acaba de pasar demuestra lo peligroso que es ‘tuitear’ molesto, incluso para asesores políticos experimentados. Twitter es especialmente proclive a que los conflictos escalen.
Usted tiene 140 caracteres para decir lo que quiere y la regla establecida es contestar rápido. Si usted es una fuente de información, lo van a seguir los periodistas (Twitter es su herramienta natural de trabajo), lo que amplifica (con o sin distorsión) lo que usted dice. A menos que su ‘tuit’ sea un link a un video con una declaración suya, no puede usar lenguaje no verbal.
Un e-mail (sin la limitación de 140 caracteres) ya genera riesgos de malas interpretaciones. La psicología ha demostrado que la rabia o el enojo hace que descartemos otras opciones de interpretación que no sean la que nos está sacando de quicio. Si encima hay intención real de agredir y pugnas políticas, se desata este pimpón de dardos envenenados a velocidad creciente y con audiencia enardecida. La reflexión llegará cuando el daño ya es irreversible.
En cualquier red social, se requiere pensar y establecer de antemano criterios razonables sobre cómo intervenir: el uso poco prudente de una red genera riesgos que hay que evitar o al menos saber manejar. Urgen códigos de conducta (incluso para empresas).
El conflicto que hemos visto era inevitable e iba a ser público de todos modos, pero nunca debió volverse una ‘tuiteadera’.
[*] Presidente Ejecutivo Apoyo Comunicación Corporativa

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