miércoles, 14 de marzo de 2012

Historia, geografía y economía






CÓMO REVIVIR EL PATRIMONIO CULTURAL

Invirtiendo en la historia

Por: Luis José Diez Canseco Núñez *
Miércoles 14 de Marzo del 2012
Los años observan con tristeza cómo se ha venido depredando nuestro patrimonio cultural. Como es natural, se han desarrollado campañas para tratar de salvaguardarlo. El caso de los balcones de Lima ha sido emblemático. Empero, dichos esfuerzos han sido esporádicos y han enfrentado graves limitaciones puesto que el Estado no tiene recursos suficientes y el sector privado apoya en la medida de su buena voluntad.
Estas campañas se han desarrollado cuando ha sido demasiado tarde. En otras palabras, cuando desaparecieron las pinturas de la escuela cusqueña o los ceramios preíncas; cuando se desplomaron los hermosos balcones; cuando se demolió una casona colonial; o cuando un asentamiento humano se situó encima de un monumento arqueológico. En todos estos casos la sociedad civil protesta airadamente y, como es usual, reclama al Estado para que actúe inmediatamente. Todos se rasgan las vestiduras, es noticia por dos o tres días y, luego, silencio absoluto hasta que acontece un nuevo desastre cultural.
¿Qué hacer en un país donde la cultura no ha sido prioridad para el Estado? La respuesta es sencilla y basta con reparar en lo que se ha hecho en otros países: incentivos tributarios para quien invierte en el patrimonio cultural. Así, por ejemplo, en Chile, Colombia, Ecuador y México, los gastos pueden ser deducidos al momento de determinar la renta neta. También existe la posibilidad de emplear como crédito fiscal el IGV pagado por la adquisición de material o contratación de servicios.
Eventualmente el MEF pondrá reparos y la Sunat tendrá que destinar profesionales para la fiscalización. Es más, el Ministerio de Cultura deberá establecer mecanismos para garantizar el buen uso de dichos instrumentos. Sin embargo, y tal como ha sido en el caso de la Ley 29168 de promoción de los espectáculos públicos no deportivos, las consecuencias serán positivas. Las municipalidades incrementarán sus rentas, puesto que habrá más restaurantes, tiendas, hoteles u oficinas situadas en lugares que antes estaban en estado ruinoso. Ni qué decir del turismo que se verá incrementado y que generará mayor recaudación por actividades colaterales. La propiedad se revalorará y su transferencia generará más tributos. Igualmente habrá mayores oportunidades para restauradores, arquitectos, constructoras, artistas, obreros especializados y guías de turismo, quienes también pagarán más impuestos debido al incremento de sus actividades profesionales.
Una ley de promoción para la recuperación del patrimonio cultural sería una excelente iniciativa que revertiría una situación catastrófica para nuestro inmenso acervo. La idea apunta a generar incentivos positivos para que el sector privado invierta en su puesta en valor. En resumen se trata de que las empresas obtengan un beneficio tangible cuando por, ejemplo, opten por restaurar una casona o monumento arqueológico en lugar de hacer otra clase de gastos que no repercuten en la sociedad.
[*] Abogado

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