¿Existe el exorcismo?
Por: Francisco Miró Quesada Director General
He aquí un relato de su biografía, expuesto por él mismo: “Tengo 43 años. Nací en Barbastro. Cursé mis estudios para el sacerdocio en la Universidad de Navarra. En 1998 defendí mi tesis de licenciatura: “El exorcismo en la época actual”. Para la cual presenté 14 casos de exorcismos, y estuve un mes encerrado en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. He realizado decenas de exorcismos, y he escrito un libro sobre “Demonología” titulado “Summa Daemoniaca”. Soy aficionado a la literatura y he escrito una decena de novelas sobre el “Apocalipsis”.”
José Antonio Fortea Cucurull no quería ser exorcista, pero sus superiores le dieron esa misión y afirma que solo la realiza por amor al prójimo. Para él, y pese a lo que digan los no creyentes, su actividad está motivada por la razón. Plantea que si algo no puede ser explicado por la ciencia, la única respuesta que queda es la espiritual.
En lo que sigue, me baso en parte, en la excelente entrevista de Rivas. Al pensar en el exorcismo, lo primero que viene a la cabeza es la famosa película “El exorcismo de Emilie Rose”. El proceso está bien reflejado en esta cinta. Me refiero al ritual que realiza el sacerdote. Sin embargo, lo de la posesión está exagerado y sobredimensionado. Ocurre lo que está relatado en los Evangelios. El poseído puede tener doble personalidad, tirarse al suelo, gritar, tener aversión hacia lo sagrado, pero rara vez puede hacer algo que no pueda ser explicado, como tener fuerza sobrehumana, algunas veces puede hablar en lenguas que desconoce, pero esto no es común.
“Si el demonio existe, se le puede ver. ¿Lo ha visto usted? No, nunca lo he visto. ¿Ha sido usted testigo de experiencias sobrenaturales? Sí, claro, he visto casos de posesión por el demonio. Para los ateos militantes, esa opción está descartada, pero para cualquier persona abierta a la intervención del espíritu esas personas están bajo su influjo. Por lo tanto el demonio existe. En muchos casos, he escuchado de testigos completamente confiables, diversos casos, por ejemplo de una persona que se elevaba en el aire. Y yo mismo he visto cómo una niña de 8 años hablaba en latín por obra del demonio”.
Un escéptico duda, no puede estar seguro de que el demonio exista. Pero un ateo está seguro de que el demonio no existe. El demonio ha pasado de moda. Hay muchas personas católicas que no piensan que los actos malos son causados por la influencia del demonio. Sin embargo en los Evangelios hay muchas referencias al demonio. En primer lugar tenemos las tres tentaciones del demonio, cuando Cristo está en el desierto. Y luego, en los cuatro Evangelios se refieren a casos de endemoniados, que Cristo cura, haciendo huir al espíritu inmundo que lo poseía. De manera que un buen católico debe creer en el demonio.
Dejando de lado el hecho de que yo sea religioso o no, hay varios casos increíbles que se conocen y ninguno de los sabios que los han analizado nunca ha pensado que se deban al demonio. Por ejemplo, un caso notable es el de una criada en un hogar francés que solo sabía hablar francés. Pero un día comenzó a decir palabras del idioma griego. Los que analizaron el problema llegaron a la conclusión de que en el piso superior existían dos helenistas profesionales, de extraordinario saber en la lengua helénica. Y, frecuentemente, hablaban en dicho idioma. Su hipótesis al enterarse de lo que había sucedido fue que la criada escuchaba frecuentemente hablar en griego, y algunas palabras se le quedaron grabadas en la memoria. A nadie se le ocurrió que se trataba de una intervención diabólica.
Después de todo lo expuesto, termino diciendo que el diablo, exista o no, es un personaje que no deja de ser interesante.
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